Simpatizantes de Chávez despiden en México al presidente venezolano
El venezolano Ángel Linares y la mexicana Alina Rosas se conocieron este martes gracias a la muerte del presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
Frente a la embajada venezolana al poniente de la Ciudad de México y entre decenas de simpatizantes de Chávez, los dos jóvenes se abrazaron y lloraron al presidente horas después del anuncio sobre el deceso.
Entre los dolientes hubo más mexicanos que venezolanos. Ángel es uno de los 2,489 venezolanos que viven en México y que están inscritos en el padrón electoral de ese país. En las elecciones del 7 de octubre del año pasado —en las que resultó ganador el ya presidente— fue uno de los 47 ciudadanos que votaron a favor de Chávez.
En México, Chávez fue derrotado por una amplia ventaja: 1,815 personas votaron a favor del candidato opositor Henrique Capriles (97% de la votación), según datos del Consejo Nacional Electoral de Venezuela.
“Somos pocos los que en México apoyamos a Chávez, sin embargo, su muerte es una noticia que nos obliga a reflexionar, a repensar lo que estamos haciendo en Venezuela, pero también a seguir luchando”, dijo Ángel, quien tiene 21 años y llegó hace cinco a México para estudiar cine en la UNAM.
Es originario del municipio de San Cristóbal, en el estado de Táchira, y dijo que llegó a México porque en Venezuela no encontró las oportunidades para estudiar cine. “Ahora ya las hay. Es un país donde la gente humilde comienza a dignificar su vida y que ha dado un vuelco radical”, dijo.
"Lo que más recuerdo de Chávez, su carisma, sin duda", agregó.
El abrazo frente a la embajada fue el único momento que unió durante la noche a Alina con Ángel, sin embargo, coincidieron en que Chávez no tiene mucha popularidad en México.
“La mayoría son anti-Chávez”, dijo Alina, quien estudia Relaciones Internacionales en la UNAM y actualmente elabora su tesis en la que expone a Venezuela como un “ejemplo del quiebre del neoliberalismo en América Latina”.
Los claroscuros
La postura de Ángel y Alina contrasta con la de otros venezolanos residentes en México, como el caso de Gonzalo Martín, un periodista de 23 años con tres años en el país.
“Creo que el mayor problema de Venezuela es precisamente la forma de pensar de gran parte de los venezolanos, quienes no toman conciencia de lo valioso que puede llegar a ser el país con el trabajo y la contribución de todos, sin necesidad de regímenes que controlen todo y cada uno de los poderes a su antojo y para su beneficio”, dijo en una entrevista por correo electrónico.
Gonzalo llegó a México en busca de una oportunidad de “mejor calidad de vida” que, dice, no encontró en Venezuela.
El caso opuesto es el de Guillermo Edgar, un arquitecto mexicano de 42 años que encontró en Venezuela oportunidades de trabajo en el urbanismo, su especialidad.
Edgar es residente en Caracas, es profesor de la Universidad Bolivariana y da asesorías en la alcaldía de la capital venezolana, sin embargo le tocó vivir la muerte de Chávez en la Ciudad de México, por lo que decidió acudir a la embajada para “manifestar apoyo” a los venezolanos.
“Chávez dejó los cimientos de una verdadera democracia. Un proyecto vivo y en el que la gente está organizándose”, dijo.
Un modelo perfectible
Tras la muerte de Hugo Chávez , Gonzalo Martín considera que la oposición tiene más oportunidades para ganar, aunque cree que no existe “una oposición sólida para hacer frente a la gran maquinaria ideológica y comunicacional que ha dejado la mal llamada revolución bolivariana".
Guillermo Edgar, quien tiene la residencia venezolana, considera que existen algunos pendientes del gobierno de Chávez (1999-2013) y que el nuevo mandatario tendrá que asumir: “pendientes con el movimiento campesino, en contra de la especulación inmobiliaria, evitar el contrabando de gasolina, de alimentos y combatir la manipulación en los medios de comunicación”.
El gobierno de Chávez recurrió con cada vez más frecuencia a la legislación para reprimir a las televisoras y otros medios de comunicación. Su gobierno persiguió implacablemente a la emisora de oposición, Globovisión, a la que acusó de una serie de violaciones, desde evasión de impuestos hasta ignorar una ley de responsabilidad de los medios de comunicación.
“Es muy polémico el mandato de Hugo Chávez. No siempre fue bien recibido, pero creo que lo importante es que personas como él más allá de tener o no un gobierno perfecto, representan una lucha y la necesidad de defender la soberanía de Latinoamérica”, dijo Jorge Jaramillo.
De 32 años, Jaramillo fue otro de los mexicanos que acudieron a la embajada de Venezuela en apoyo a los dolientes de Chávez.
“Antes que mexicano soy latinoamericano y este es un día muy triste. Sabíamos que en cualquier momento iba a ocurrir, pero cuando ocurre no te lo crees”, dijo.
Coronas de flores, rosas blancas y rojas, veladoras, cartulinas y mantas vistieron la fachada de la embajada tras la muerte de Chávez, sin embargo, los simpatizantes del presidente venezolano llegaron a cuentagotas con el paso de las horas.
La embajada también abrió un libro de condolencias para que lo firmaran las organizaciones de apoyo a Venezuela en México y los simpatizantes de Chávez en un país del que, pese a las crisis diplomáticas, se decía orgulloso de un “sentimiento de hermandad con el pueblo de México”.
Beatriz Rubio contribuyó con este reporte