La UNAM advierte a un grupo de encapuchados que tomó la rectoría
El edificio de la rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) cumple este lunes tres días tomado por unos 20 jóvenes que piden que no se procese judicialmente a los estudiantes del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) que tomaron unas oficinas en febrero pasado.
El rector José Narro responsabilizó este lunes a los jóvenes encapuchados que tomaron el edificio de rectoría por los bienes que se encuentran en las instalaciones, advirtió que no habrá diálogo mientras siga la toma, y afirmó que el proceso legal contra los estudiantes seguirá hasta las últimas consecuencias.
“Los estudiantes no hurtan”, dijo Narro durante una conferencia de prensa en las instalaciones de la UNAM. “No se atrevan a saquear una vez más el patrimonio de la nación”, afirmó el rector.
“Los responsables de este acto deberán responder por su conducta frente a las autoridades judiciales y frente a la historia”, afirmó Narro.
Según Narro, la toma de rectoría “con lujo de la violencia” desde el pasado viernes está afectando el proceso de registro del pase de bachillerato a licenciaturas, así como el proceso del examen de admisión y el pago de nóminas.
El rector informó que con la toma de las instalaciones “se proyecta una imagen de la universidad que para nada corresponde con la realidad”.
“No habrá impunidad”, dijo el rector, que anunció que ya se trabaja en ampliar la denuncia presentada ante la Procuraduría General de la República (PGR) por los daños al edificio, considerado Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Narro también dijo que los estudiantes “no actúan en el anonimato, encubiertos y menos con el uso de la fuerza”, en referencia a que los alumnos que permanecen en poder del edificio están encapuchados.
Sin embargo, Narro no se pronunció por un desalojo y abogó por seguir el cauce legal. “Tenemos la demanda radicada en la PGR, le tocará a la PGR valorar los hechos”.
“Frente a la imposición y la violencia, la respuesta debe ser dada a partir de inteligencia, el apego a la legalidad y la prudencia”, dijo.
Por los hechos de febrero pasado en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Naucalpan, en el que las instalaciones fueron tomadas, hubo un enfrentamiento entre estudiantes y trabajadores donde se lanzaron bombas molotov y una estudiante resultó herida, 15 alumnos fueron remitidos al tribunal universitario, el cual, afirmó “pronto dará su veredicto”.
Además, afirmó que se investiga si en la toma participaron personas ajenas a la comunidad estudiantil. “Estamos por señalar responsables”, dijo.
El rector pidió a la comunidad universitaria que se manifieste pacíficamente contra las tomas de las instalaciones.
En contra de la reforma educativa y el Tribunal Universitario
Jóvenes encapuchados marcharon el jueves por la avenida Insurgentes, una de las más importantes de la capital, hasta el campus Ciudad Universitaria de la UNAM, donde destruyeron vidrios de la fachada principal y entraron al vestíbulo de rectoría.
En los ventanales, instalaron pancartas donde exigen gratuidad en la educación, manifiestan su apoyo al movimiento magisterial de Guerrero , se declaran en contra de las reformas estructurales que impulsa el gobierno —entre ellas la reforma educativa—, y afirman que el Tribunal Universitario viola las garantías de los estudiantes.
Los jóvenes encapuchados, que aseguran ser alumnos del CCH, también piden que cinco de sus compañeros —José Luis Ramírez, Irene Pérez, Jessica García, Luis Hugo Arratia, Stevens Fernández y Aland Rodríguez— sean reinscritos en el plantel Naucalpan, ya que fueron expulsados por participar en actos vandálicos y agredir al personal de la institución durante una asamblea que se realizó el 1 de febrero pasado.
Además, exigen que se retiren las órdenes de aprehensión contra otros estudiantes del CCH Naucalpan que tomaron la dirección general del CCH en febrero, tras la expulsión de los cinco jóvenes.
La universidad reaccionó a la toma de rectoría interponiendo una denuncia ante la Procuraduría General de Justicia (PGR) contra quien o quienes resulten responsables de los daños causados al edificio considerado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.
Leer: La UNAM condiciona el diálogo con jóvenes que tomaron la torre de rectoría
En tanto, el abogado general de la UNAM, Luis Raúl González, condenó el pasado viernes los daños a la institución, lo cual calificó como “contrario a los principios universitarios”.
Los encapuchados mencionaron a los medios que no se retirarán hasta que se establezca el diálogo con las autoridades universitarias. Pero González les advirtió a los jóvenes que no habrá diálogo mientras exista un comportamiento violento y las instalaciones estén tomadas.
“Les exhorto a que depongan su actitud y desalojen las instalaciones de la rectoría, y a que cualquier planteamiento de su parte, se conduzca a través de lo que establece el marco jurídico universitario”, afirmó el abogado en un documento entregado a los quejosos.
Este domingo, directores de facultades, escuelas, institutos y centros exigieron la devolución inmediata de la torre de rectoría, y mostraron su respaldo al rector Narro "en la conducción de la Universidad y en la solución de este problema".
A pesar de la toma de rectoría, las clases continúan en la máxima casa de estudios, y las inmediaciones de la zona están en calma, según la agencia Notimex. Los visitantes pasean solos o con sus perros frente a la protesta, y a unos metros se encuentra una discreta vigilancia de trabajadores de la UNAM.
Los encapuchados se turnan para vigilar la zona, e instalaron unos sillones donde se mantienen recostados o sentados.
La UNAM ha registrado, con la del viernes, dos tomas de instalaciones en los últimos tres meses.