La 'guerra' contra el narcotráfico no ayuda a terminar con la delincuencia
La estrategia de combatir al narcotráfico con el Ejército, como si fuera una “guerra” solo se traduce en violencia para los ciudadanos y no elimina a la delincuencia organizada, coincidieron participantes en el panel sobre estrategias antidrogas, en el Foro Económico Mundial sobre América Latina, en Lima, Perú.
La “guerra” alejó a la política de prevención de la estrategia, pero sobre todo dirigió al ejército a zonas urbanas, cuando la estrategia debe ser que la seguridad sea convertida en un bien de la cual los ciudadanos se apropien y que las fuerzas armadas sirvan desde la parte de la inteligencia, explicó Óscar Naranjo, director ejecutivo del Instituto Latinoamericano de Ciudadanía y asesor en el tema del gobierno mexicano.
"La guerra antidrogas en términos humanos se traduce en guerra a la gente, y nunca ha sido parte de la política del presidente (Barack) Obama respecto del uso de drogas y sus consecuencias", dijo Michael Botticelli, director adjunto de política central de drogas del gobierno de Estados Unidos, quien aseguró que en su país se ha reducido sustancialmente el uso de drogas.
El negocio de las drogas ilícitas en Estados Unidos alcanza los 34,000 millones de dólares y 84,000 millones en el mundo, según un adelanto del informe sobre el tema que prepara la Organización de Estados Americanos (OEA) y que presentará en próximas semanas.
"Ese dinero sirve para comprar armas, para corromper funcionarios, para atemorizar gente y mientras más lo atacamos desde el punto de vista de la guerra, como el negocio, lo que se vende es riesgo, naturalmente el enemigo se va haciendo más poderoso", advirtió, José Miguel Insulza, secretario general de la OEA.
En México, el expresidente Felipe Calderón inició al asumir su gobierno (2006-2012) la Estrategia Nacional de Seguridad que se centraba en el combate a los grupos delictivos dedicados al tráfico de las drogas.
La política llevó al despliegue del Ejército y la Marina en país para que se encargaran de tareas de seguridad pública. Durante el sexenio de Calderón, unas 70,000 personas murieron como consecuencia de enfrentamientos entre bandas de crimen organizado y entre estas y las fuerzas de seguridad, según datos del actual secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
Los panelistas coincidieron en que el problema debe tratarse tanto del lado de la salud pública, como de la seguridad, pero además entender que combatir el narcotráfico no elimina la delincuencia organizada, pues ésta se ha diversificado a otros delitos como el tráfico de indocumentados.
Insulza puso como ejemplo el caso de Estados Unidos y Canadá, países en los que se consume mucha droga, pero no tienen los niveles de violencia que se observan en otros países.
Para organizaciones civiles el problema del narcotráfico y consumo de drogas es la falta de oportunidades de los jóvenes, de años de abandono de varias generaciones.
"A mí me criaron mis abuelos, nunca tuve una figura paterna, (los jóvenes) no están incluidos en la sociedad. A los 13 años empecé a delinquir y a los 19 ya era un líder de la delincuencia", relató Washington de Olivera, fundador de AfroReggae, una fundación brasileña que impulsa a jóvenes de Río de Janeiro a dejar la drogadicción y la delincuencia.