Los trabajadores mexicanos 'batallan' con la falta de prestaciones
Rey Alejandro Román tiene su propio negocio desde hace cinco años. Cuando supo que tendría un hijo, utilizó parte de sus ahorros para abrir un café internet en San Vicente Chicoloapan, una localidad del oriente del Estado de México. Desde entonces, mantiene a su familia con el dinero que el establecimiento genera.
Román afirma que trabajar de forma independiente tiene ventajas en comparación con hacerlo como empleado, como no tener que enfrentar la presión de un patrón o poder decidir qué días labora y cuáles no. Sin embargo, admite que también conlleva aspectos negativos, entre ellos, no contar con prestaciones como seguridad social, vacaciones con goce de sueldo o bonos.
"A mí nadie me da vacaciones. Si quiero, no abro en una o dos semanas, pero es tiempo en el que no voy a generar dinero. Y cuando llega diciembre, igual, cuál aguinaldo", dice.
Como Román, de 31 años, más de la mitad de los trabajadores mexicanos labora sin prestaciones, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Al cierre de 2012, el país tenía 48 millones 200,000 trabajadores. De ellos, el 63% carecía de acceso a instituciones de seguridad social y el 54% no contaba con apoyo para despensa o bonos por productividad, indica la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) , que el INEGI elabora trimestralmente desde 2005.
Ese sector está integrado tanto por quienes trabajan por cuenta propia —sea en la economía formal o en la informal— como por cerca de la mitad de las personas contratadas por empresas e instituciones públicas.
Amapola Romero es un ejemplo del segundo caso. Bailarina y estudiante de Coreografía, a mediados de 2012 fue contratada para impartir clases de música en una estancia infantil de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) en el sur del Distrito Federal.
Romero, de 26 años, recibe un salario semanal por atender a cuatro grupos, pero de parte de la Sedesol no obtiene acceso a seguridad social ni otros apoyos.
"Creo que está mal. Los bonos no solo son una ayuda para comprar enseres o cosas así. Son un incentivo para tu trabajo", dice.
Un problema constante
El porcentaje de trabajadores sin prestaciones se ha mantenido constante desde 2005. Las personas que carecen de seguridad social, por ejemplo, representan entre el 62% y el 64% en todas las mediciones.
Moritz Cruz, académico del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explica que la situación se debe a que muchas empresas buscan formas de reducir costos y, más aún, a que el nivel de crecimiento del país no permite que se genere el número suficiente de empleos formales.
En promedio, de 2008 a 2012, México únicamente creció 1.72% anualmente, según datos del Banco Mundial (BM) .
Al no encontrar plazas en la economía formal, las personas pueden optar por autoemplearse, ya sea por honorarios o en el sector informal, o incluso por migrar al extranjero.
Cruz dice que quienes trabajan por su cuenta suelen tener ingresos variables, por lo que las eventualidades —una enfermedad o un accidente— pueden afectarlos seriamente.
"La inestabilidad del ingreso, aunada a la falta de prestaciones, se vuelve un problema acuciante en términos de pobreza", señala.
Al respecto, Román comenta que es consciente de que su negocio puede tener meses malos, por lo que procura ser cuidadoso al administrar el dinero.
"Tienes que aprender a dividir los pesos. Tú tienes tus gastos y los tienes que cubrir, te vaya bien o te vaya mal", dice.
Las alternativas
Para Román, una de las principales dificultades de no tener prestaciones radica en carecer de seguridad social.
"Tengo clientes que veo que se enferman y de volada van al Seguro, donde bien o mal, como quiera te atienden", señala.
En su caso, cuando alguien de la familia enferma, acuden a consultorios populares o a médicos particulares dependiendo de la gravedad del padecimiento. Si se trata de un problema menor como un resfriado, suelen gastar entre 30 y 40 pesos por la consulta (de 2.5 a 3.3 dólares) más el costo de los medicamentos. En cambio, la cifra se eleva si deben recurrir a especialistas.
Durante el mandato de Vicente Fox (2000-2006), el gobierno federal creó un sistema conocido como Seguro Popular, con el objetivo de brindar cobertura médica a las personas que no son beneficiarias del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) o del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
Román sabe que tiene la opción de afiliarse al Seguro Popular, pero considera que el trámite es complicado. Afirma que en su localidad los interesados deben llegar a la clínica correspondiente alrededor de las 4:00 horas para obtener una ficha y ser atendidos. Si no alcanzan una, deben regresar en otra ocasión.
En contraste, Romero señala que ha recibido una atención adecuada cuando ha recurrido al Seguro Popular. Se afilió al sistema antes de que naciera su hijo, cuando vivía en Xalapa, Veracruz, donde recibió cuidados prenatales y dio a luz.
El gobierno de Enrique Peña Nieto ha fijado como una de las principales metas de su mandato (2012-2018) lograr la cobertura universal en seguridad social , aunque afirma que para lograrlo necesita la aprobación de una reforma hacendaria que genere mayores recursos para el Estado.
Se prevé que el tema comience a discutirse en el Congreso durante la segunda mitad de 2013.
El presidente también ha prometido lograr que la economía mexicana crezca al 6% anual, lo cual —afirma— permitirá que se generen un millón de empleos al año.