Funcionario dice que las mujeres indígenas "solo sirven para la cocina"
Dominga De la Cruz Gómez, Claudia Gómez Pérez, y un grupo de indígenas tzotziles del municipio San Juan Chamula —madres la mayoría de ellas— vencieron la parte de la cultura machista que las obliga a dedicarse solo a las labores del hogar y el cuidado de los hijos, y en junio concluyeron sus estudios de secundaria, en el Instituto de Educación para Adultos (IEA).
Sin embargo, cuando solicitaron a la asamblea de Nichnamtic, su comunidad de origen, el uso de las instalaciones comunes para celebrar una fiesta de graduación, se encontraron ante la oposición y rechazo de autoridades locales.
De acuerdo con la denuncia pública que hicieron Dominga, Claudia y sus compañeras, el presidente del Patronato de Agua Potable, Domingo Gómez Díaz, les dijo durante una reunión celebrada en la cancha de la comunidad el 26 de mayo: “que le daba vergüenza que mujeres embarazadas estudiaran, que solo sirven para la cocina y que bajo ninguna circunstancia se llevará a cabo dicha ceremonia de graduación”.
Más allá de la demanda por un espacio para celebrar su graduación, las mujeres, quienes fueron capacitadas por María Gómez Gómez, indígena también, graduada como técnico docente, refirieron que terminaron sus estudios como “resultado de su esfuerzo y dedicación. "Somos 67 mujeres, la mayoría amas de casa y trabajadoras de escasos recursos económicos”.
Por ello, consideran que este logro ganado debe estar por encima del grupo de varones de su comunidad que se oponen a que sigan estudiando. Exigieron al gobierno estatal “que se garantice el artículo 3º constitucional, que garantiza el derecho a la educación”.
Le piden al gobernador Manuel Velasco Coello su “apoyo e intervención ya que nosotros sabemos que actualmente existen programas para combatir el rezago educativo (…) debe existir un trato igualitario hacia nosotras, aparte de que somos madres trabajadoras y que nos ocupamos de nuestro hogar, decidimos estudiar por nuestra cuenta, porque no queremos ser ignorantes y analfabetas”, sostuvieron.
“Al contrario deseamos de todo corazón poder brindar un futuro para nuestros hijos, y con ello poder mejorar la calidad de vida, pero es el caso que en nuestra comunidad existen personas, quien a través de fuerza y alborotando a nuestros esposos y a la mayoría de nuestra gente señala y manifiesta que la educación no sirve para nada, y que nosotros únicamente debemos estar en la cocina y trabajando en el campo, por lo que pedimos humildemente aplicar el Estado de Derecho”.
Entre los hombres que consideran se oponen a que las mujeres de su comunidad estudien, se encuentra Domingo Gómez; el agente auxiliar Marcelo Hernández López, y el exalcalde, Manuel Gómez Castellanos.
La Secretaría de Gobierno, la Procuraduría de Justicia, la Secretaría de Educación y otras dependencias del gobierno estatal recibieron la denuncia de las mujeres.
En un comunicado de prensa, el gobierno del estado informó que no comparte el punto de vista de Domingo Gómez Díaz.
En Chiapas se “reconoce y respeta los derechos de las mujeres y pone en marcha políticas públicas que permitan reducir la brecha de género en temas fundamentales como es la educación”, dijo el secretario de Gobierno, Noé Castañón León.
El Centro de Investigaciones Económicas y Políticas de Acción Comunitaria (Ciepac) refirió en el estudio sobre mujeres indígenas de los Altos de Chiapas, que a la fecha “la subordinación y exclusión de las mujeres indígenas de muchos espacios políticos, laborales, sociales y culturales, es una forma de violencia que siguen enfrentando.
“Violencia que se manifiesta en muchas formas y grados, como el derecho a estudiar. Sin embargo, las mujeres comienzan a cuestionar los usos y costumbres que las mantienen subordinadas y que refuerzan el mandato patriarcal construido y legitimado histórica y socialmente”, según el estudio.