Niños que sobrevivieron en la guardería ABC aprenden de "su nueva vida"
Desde que despertó tras el incendio en la guardería ABC en Hermosillo, Sonora, lo más difícil para Alejandra ha sido darse cuenta que le amputaron siete dedos de las manos.
Sus papás, Olga y Heraclio, tuvieron que explicarle en 2009, cuando tenía tres años, "que sus dedos estaban en el cielo porque se habían enfermado mucho y no se pudieron aliviar, pero que cuando creciera, iba a tener prótesis".
Cuatro años después, Alejandra platica que quiere tener 18 años para que le pongan "deditos de plástico o de fierrito".
Olga Ochoa, mamá de Alejandra Esquer Ochoa, dice que para ella la parte más complicada ha sido estar lejos de sus otros dos hijos, Fernanda y Daniel, quienes han quedado bajo el cuidado de su esposo Heraclio y de su hermana Fabiola, mientras ella viaja a Sacramento, California, EU, al Hospital Shriners, en donde atienden a su hija de las heridas que sufrió en el incendio.
"Las citas médicas de Alejandra (de siete años) y las terapias absorben mucho de mi tiempo, lo cual no me permite estar al 100% con mis otros dos hijos, (con) las ausencias siento que descuido a Fernanda y a Daniel. Mi hermana vivía en Navojoa, Sonora, y se vino a vivir conmigo a Hermosillo para ayudarme con ellos", dijo Olga en entrevista desde California.
Alejandra es una de los 104 niños que resultaron heridos tras el incendio en la guardería ABC de Hermosillo, Sonora, el 5 de junio de 2009 y que provocó la muerte de otros 49 menores.
En estos cuatro años ha tenido más de 20 cirugías en Sacramento, en donde el Hospital Shriners le ofrece atención médica de manera gratuita. Los viáticos para que la menor y Olga puedan viajar, los cubre el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), según el decreto publicado en junio de 2010 sobre los apoyos a las víctimas del siniestro.
Su tratamiento continuará hasta que tenga 21 años, la mayoría de edad en Estados Unidos, o hasta que ella deje de crecer, pues los injertos que recibe "no crecen" junto con su cuerpo y tienen que ser reemplazados periódicamente.
En la Ciudad de México, Alejandra también acude a citas de revisión rutinaria en el IMSS con especialistas en neumología, cardiología y otorrinolaringología.
La pequeña, ahora con siete años, no recuerda el siniestro. Olga cree que Alejandra estaba dormida mientras todo ocurrió, pero le ha contado que estuvo en un incendio y se esfuerza por hacerle entender lo que está viviendo.
"Admiro el ánimo que tiene. Cada día nos da nuevas lecciones de vida, yo siento que me quedo sin fuerzas, pero al verla a ella aún con lesiones (...) me da fortaleza para levantarme y salir adelante. Ahora ella está consciente de que va a necesitar muchas cirugías más. Ella misma dice que las cirugías son por su bien", cuenta Olga.
Olga también sufrió quemaduras en brazos y espalda, pues ella era una de las profesoras que estaba a cargo de un grupo de niños en la guardería ABC, y piensa que sus cicatrices sirven para hacerle ver a Alejandra que "Dios le permitió tener una nueva vida".
"Él aprende a quererse"
A Héctor Robles Villegas, actualmente de siete años, lo que más le gusta es ir a la escuela y jugar futbol, aunque ahí es donde también ha tenido que aprender a "sobrevivir al bullying", cuenta su mamá, Adriana Villegas.
"Una vez llegó muy enojado conmigo porque un niño no lo dejaba brincar en el 'brinca brinca' que porque estaba muy feo y nadie debía juntarse con él", dice Adriana en entrevista.
"Yo debo estar preparada para tener las palabras precisas y no dañar su corazón. Le digo que en el camino encontrará a muchos niños así y que tiene que aprender a sobrellevar esas situaciones", comenta.
Héctor lleva 16 intervenciones quirúrgicas para tratar las quemaduras que le dejó el incendio de la guardería ABC en más del 60% de su cuerpo. Como Alejandra, su tratamiento se ha realizado en el Hospital Shriners y continuará hasta que cumpla 21 años de edad.
Adriana cree que pese a todo, su hijo "aprende a quererse y a disfrutar el día a día". En la escuela tiene un promedio de 9.2 en Español y 9.7 en Inglés, de una escala máxima de 10 y participa en todas las actividades en familia para "adaptarse a lo nuevo".
Sus hermanas, Adriana Guadalupe, de 13 años, y Lizbeth Alejandra, de 11, también han tenido que ser atendidas tras el siniestro no solo por la ausencia de su mamá por estar al pendiente de la salud de Héctor, sino porque una de ellas estuvo presente el día del incendio y "entró en shock".
"Lizbeth estuvo cuando su papá ayudó a sacar niños de la guardería, vio todo y entró en shock. Fue a terapia psicológica, llevó talleres de psiquiatría. Apenas hace seis meses que puede dormir sola, no podía, tenía insomnio, había días en los que no podía dormir más de dos horas", platica.
Lizbeth se atiende en el Centro de Atención Inmediata de Casos Especiales (CAICE) que tiene el IMSS en Hermosillo, Sonora, para atender exclusivamente a los niños y familiares de la guardería ABC, quienes tienen apoyo vitalicio para atención médica y psicológica, según el decreto oficial.
La respuesta de las autoridades
Adriana Villegas dice que no ha tenido problemas en el IMSS para recibir los apoyos que permiten que Héctor viaje a Estados Unidos a seguir con su tratamiento médico, también cree que en el CAICE hay gente "muy preparada" para atender a las familias afectadas, pero asegura que "nada es por hacernos un favor".
Dice que el decreto para apoyarlos ha funcionado, pero que seis meses después de que tomó posesión Enrique Peña Nieto como presidente de México, los padres de la guardería ABC siguen esperando reunirse con él.
"Se le hizo saber nuestra situación e interés de hablar para ver si nos iba a poder recibir, esperemos que lo haga pronto", dice Adriana.
Olga Ochoa recuerda que Peña Nieto se comprometió a que durante su gestión continuaría la atención a los niños lesionados en el siniestro y apoyándolos, pero cree que desde que tomó posesión, se ha afectado el servicio.
"Uno batalla para que le den el servicio en tiempo y forma y ahora que entró la nueva administración nos argumentan que es por el cambio de la administración por lo que se están demorando en darnos el servicio. Ellos (los niños) no son culpables de lo que les pasó y lo mínimo que pueden hacer es darles en tiempo todo lo que necesiten", cuenta en entrevista.
En junio de 2012, como candidato a la Presidencia, Peña Nieto se reunió con un grupo de padres en el que no estuvieron ni Olga ni Adriana por cuestiones de agenda con el tratamiento de sus hijos. El ahora mandatario federal dijo en ese entonces que estaba comprometido "a ser sensible, mantener el decreto de los apoyos y que eventualmente éste se amplíe".
Hasta ahora, la versión oficial es que el siniestro inició incidentalmente en una bodega adjunta a la guardería que no cumplía con las normas de operación ni de seguridad para alojar niños.
Sin embargo, un grupo de padres organizados en el movimiento Manos Unidas por Nuestros Niños denunció en mayo pasado ante la Procuraduría General de la República (PGR) que el fuego fue provocado para "destruir documentación relacionada con la deuda de 10,000 millones de pesos", que supuestamente se adquirió durante la gestión del exgobernador Eduardo Bours Castelo.
Otro grupo de padres organizados en la asociación Movimiento 5 de junio ha llevado el caso hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), máxima instancia judicial en el país.
En junio de 2010, la SCJN determinó que tanto Bours como los exdirectores del IMSS, Juan Molinar Horcasitas y Daniel Karam, no estuvieron involucrados en la "violación grave" de garantías en el caso. Los ministros también consideraron que no hay desorden en el sistema de guarderías del país.
Para los padres de las víctimas de la guardería uno de "los logros en su búsqueda de justicia " se dio con la promulgación en octubre de 2011 de la Ley General de Servicios de Cuidado, Aprendizaje y Desarrollo Infantil.
Hace casi un año, en agosto pasado, se publicó el reglamento con el que la ley es operativa para atender a los niños que asisten a las guarderías del país subrogadas al IMSS.