Las desapariciones en México son atípicas a otros países de Latinoamérica
Las desapariciones forzadas en México ocurren a ciudadanos sin vínculos políticos ni antecedentes criminales, donde los victimarios pueden ser autoridades o integrantes de la delincuencia organizada, a diferencia de los crímenes de lesa humanidad ocurridos en Chile o Argentina, coinciden expertos de otros países.
La lógica registrada en las desapariciones en esos países de Latinoamérica no aplica en México. Roberto Garretón, defensor que luchó contra el régimen del presidente chileno Augusto Pinochet , opina que es difícil encontrar estrategias que permitan dar con su paradero, durante el Foro Internacional de Desapariciones Forzadas e Involuntarias en México, organizado en Coahuila.
"Lo que ocurre en México es distinto a lo que hemos visto en América Latina donde en países como Chile es más fácil identificar a las víctimas y victimarios porque se trató de una represión del Estado contra opositores políticos y los patrones eran muy claros. Aquí no se sabe quiénes son y la participación de los funcionarios públicos no es orgánica", explicó Garretón a CNNMéxico.
Ante la cantidad de víctimas de desaparición en México, el subprocurador de Derechos Humanos de la Procuraduría General de la República (PGR), Ricardo García Cervantes, dijo el jueves pasado que el país enfrenta una crisis humanitaria en ese sentido.
Para el alemán Rainer Huhle, miembro del Comité de la Convención Internacional contra las Desapariciones Forzadas de la ONU, coincide en que la situación actual de México, donde cifras oficiales estiman alrededor de 26,000 desaparecidos en los últimos siete años, es difícil de explicar.
"(En México) lo que ocurre es atípico. No veo algo claro como en Argentina o Chile donde desaparecer era una política de Estado que no se les salió de las manos, de control, eso no ocurre en México o Colombia, porque aunque haya desapariciones cometidas por agentes del Estado no es una política sistemática, no tengo los elementos para afirmarlo", dijo Huhle.
Nik Steinberg, investigador para México de Human Rights Watch (HRW), refiere que en el caso mexicano las fronteras de los responsables del crimen se diluyen entre la autoridad y los criminales.
Los especialistas acudieron al Foro Internacional organizado por la organización Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila y el gobierno estatal.
"En México lo que distingue en muchos casos de desapariciones es que la línea que divide a los agentes del Estado y los grupos de delincuencia organizada, desaparece. Entonces no puedes afirmar cuál es el motivo por el cual desaparecen", aseguró Steinberg.
"En Chile en los años 70 o Argentina, era relativamente fácil tener los buenos y los malos, y cuando hubo una desaparición forzada podíamos saber que los responsables tenían una directa o indirecta vinculación con las redes represivas de esas dictaduras. Hoy en México o Colombia las cosas nos planten un poco más difíciles", dijo Huhle.
Garretón, quien ha acompañado a las víctimas de desaparición forzada en Chile durante 40 años, dijo que se quedó "tieso" cuando escuchó al ombudsman nacional decir que hay 24,000 personas desaparecidas y 2,443 casos con posible responsabilidad de autoridades.
Lamentó que como ninguna víctima es "políticamente relevante" se le discrimina dentro de los sectores marginales y no hay organizaciones sociales suficientes para acompañar sus casos a la justicia.
Familiares de desaparecidos denuncian sus casos en un acto de Amnistía .
Steinberg dijo que si bien las desapariciones atípicas en México implican un reto para su solución, en cuanto a capacitar investigadores, garantizar su seguridad, dotar de recursos, esto no debe ser un pretexto para no trabajar, pues las familias han demostrado que se puede investigar y trazar rutas de búsqueda.
Al recapitular los casos que ha escuchado durante sus visitas a México, algunos cometidos por autoridades, otros por criminales, Huhle llegó a la conclusión de que las desapariciones no están ligadas a un único sistema político, como las dictaduras, sino que adquieren un carácter universal.
En febrero pasado, la PGR anunció la creación de un Padrón de personas desaparecidas que incluye 26,000 casos. Y el 27 de mayo, la esa misma dependencia presentó una inconclusa unidad especial que investigará los casos de desaparecidos con el objetivo de terminar con "el laberinto burocrático" al que se enfrentan los familiares de las víctimas.
Agregó que lo que ha podido observar en algunos países es una "perversa privatización" de la desaparición, ya que elementos ajenos al Estado copiaron la técnica y se la apropiaron, dijo, sin hacer referencia específica al crimen organizado.
Para el alemán es importante contrastar que por un lado hay una estrategia de generar terror a través de mostrar cuerpos mutilados de manera pública y al mismo tiempo, generar terror a través de la incertidumbre que genera una desaparición.