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Un accidente 'pausa' la protesta de los profesores en Michoacán

Familiares de lesionados en el accidente en una caseta consideran que antes de aplicar la reforma educativa deben resolverse otros problemas
sáb 15 junio 2013 03:48 PM
Accidente_Michoacan-CNTE
Accidente_Michoacan-CNTE Accidente_Michoacan-CNTE

La profesora Irene Constantino Gallardo participaba en una protesta contra la reforma educativa en una caseta de Michoacán cuando un camión cisterna chocó y uno de los remolques la golpeó, lanzándola varios metros lejos del lugar del accidente.

Su esposo Erick Cervantes, con quien tiene dos hijos, dice que si “hubiera habido diálogo con los maestros” hace tiempo que no estarían en las calles, sino dando clases.

Ambos pertenecen a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), un grupo disidente que busca presionar para dar marcha atrás a la legislación que, entre otras, modificó los mecanismos para obtener plazas.

El gobierno estatal, en tanto, sostiene que el diálogo con los profesores ha sido permanente y “se seguirá fomentando para llegar a acuerdos”.

Leer: El gobierno pide a los profesores cambiar sus manifestaciones

Constantino es una de las cinco personas que sufrió lesiones graves por el accidente del pasado 13 de junio en la caseta de San Ángel Zurumucapio de la autopista Siglo XXI, una localidad del municipio de Ziracuaretiro, ubicado en el centro del estado. Al menos ocho personas perdieron la vida en el choque y 14 resultaron heridas en total.

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Los familiares y profesores responsabilizan al gobierno de Michoacán por ejercer sobre ellos un “terrorismo de estado”.

Sergio Iván Hernández Solís y Jorge Villanueva Aguilera, coordinadores de la movilización de ese día, dicen que llevan más de un mes pidiendo a los gobiernos estatal y federal que atiendan sus demandas de mayor infraestructura en escuelas aisladas, donde —dicen— a veces no hay ni una silla para sentarse.

“Con eso no se puede hablar de una reforma educativa naciona l, ni tampoco con salarios de menos de 5,000 pesos al mes, que ganan la mayor parte de los maestros de educación básica; por eso salimos a las calles, estamos en los plantones y tomamos casetas”, dice Hernández.

En mayo pasado, el secretario de Educación estatal, J. Jesús Sierra Arias y el director general del Instituto Nacional de Infraestructura Educativa (Inifed), Eduardo Fernández Pardo, firmaron un convenio para implementar un programa federal de rehabilitación de 1,200 escuelas, con 105 millones de pesos.

Hasta 2011, el estado contaba con al menos 11,900 escuelas de nivel básico y medio superior, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Con 7.4. Michoacán se ubica entre las cuatro entidades con menor escolaridad promedio, solo por arriba de Guerrero, Oaxaca y Chiapas y muy por debajo de la media nacional (8.6), de acuerdo con datos del Inegi a 2010.

Leer: Los profesores atribuyen a 'factores externos' el bajo nivel de los alumnos

“No alcanzamos a gritar, ni a movernos”

La profesora Constantino, como la conocen en su comunidad, es originaria de Paracho, un municipio de unos 34,800 habitantes famoso por la producción de guitarras acústicas.

Sergio Iván relata que al momento del choque trató de jalar a Irene, pero la fuerza del impacto fue mayor. A ella la golpeó el segundo remolque de la pipa de chapopote que ese día se estrelló contra la malla ciclónica de la caseta.

“Todo fue cuestión de segundos. No alcanzamos a gritar, ni a movernos. Éramos muchos maestros los que estábamos amontonados en las vallas, esperando que el camión se detuviera pero no imaginamos que una especie de marea nos llevará en su paso”, recuerda.

A diferencia de sus compañeros, Constantino no es atendida en un hospital público del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado. Ella recibe cuidados en una clínica privada que paga el gobierno, pues fue ingresada directamente a la sala de terapia intensiva de ese lugar.

Su reporte médico, al igual que el de otras tres personas, es “de carácter reservado”. Su situación puede variar de un momento a otro.

Su esposo Erick culpa a los gobiernos federal y estatal, a los que acusa de “insensibles y omisos”. 

El gobierno de Michoacán sigue tres líneas de investigación: una falla de los frenos del vehículo; la presunta responsabilidad de los profesores que bloqueaban la rampa de emergencia o el consumo de alguna sustancia por parte del conductor, quien ya declaró ante las autoridades y fue sometido a pruebas toxicológicas.

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