Tepito, un foco rojo que vende pese a los operativos policiales
Los habitantes de Tepito parecen indiferentes a la reciente intervención policial implementada por el gobierno de la Ciudad de México tras recientes hechos de violencia.
En las avenidas circundantes al barrio —considerado un foco rojo de comercio informal de la capital— automóviles y motocicletas se disputan el paso con cargadores y alguno de los agentes enviados por el gobierno local para reforzar la seguridad.
Los policías se concentran en la periferia del barrio, a veces a pie y otras en camionetas, y en las calles del centro andan vestidos de civiles, dijeron comerciantes a CNNMéxico.
“Ahí andan, pero luego luego se nota que no son de aquí”, dijo Ramón, un vendedor de lentes falsificados que prefirió no revelar su nombre verdadero por temor a represalias.
Sin dejar de atender a sus potenciales compradores, Ramón aseguró que la actividad comercial es igual que antes del operativo policial. “Al principio sí asustó un poco a la clientela, pero luego ya, normal… creo que nos han pegado más las lluvias”, dijo.
Tepito, ubicado a pocas calles del centro histórico de la capital, es uno de los principales centros de distribución de piratería en el país. El volumen del comercio en el lugar no se puede conocer debido a su naturaleza informal, según la Cámara de Comercio Servicios y Turismo en Pequeño (Canacope) de la ciudad. Sin embargo, este volumen es comparable al de la Central de Abastos, el mayor centro de comercio de alimentos en el país, según la Canacope.
En Tepito se abastecen la mayor parte de los vendedores de productos apócrifos en la ciudad, según la Canacope.
En su puesto de ropa para niños, Lourdes Ruíz reafirma la aparente tranquilidad del barrio. “¿Ves algo fuera de lo normal?, ¿ves a alguien preocupado?”, cuestionó señalando a varios compradores. “Aquí ya estamos acostumbrados, siempre es lo mismo cuando hay alguna bronca así, mandan a la policía y ya luego se olvida”.
Ubicado en dos demarcaciones de la capital y a unas calles del centro histórico, Tepito ofrece a la venta casi cualquier tipo de productos, desde ropa usada de un peso hasta pantallas de plasma de 10,000 pesos, pasando por muebles, antigüedades y drogas. Su reputación comercial se remonta a sus tiempos como un pequeño enclave del imperio azteca.
"Aquí todos saben dónde se distribuye la droga, no sé por qué la policía hace tanto alboroto aquí donde estamos los comerciantes", dijo Janet, vendedora de comida.
El operativo policial fue anunciado el 7 de junio pasado por el jefe de gobierno de la ciudad, Miguel Ángel Mancera, tras un ataque al gimnasio local Body Extreme , donde cuatro personas fueron asesinadas.
En el anuncio, Mancera atribuyó el incidente a bandas delictivas dedicadas al narcomenudeo que pretendían “desestabilizar” el barrio. “No vamos a permitir que se cree esta percepción de falta de autoridad y lo vamos a hacer con energía”, dijo.
El ataque al gimnasio ocurrió casi dos semanas después de la desaparición de 12 jóvenes en un centro nocturno de la Zona Rosa, de los cuales varios eran habitantes de Tepito.
De forma paralela al envío de policías, la secretaria de Desarrollo Social en la capital anunció el inicio de 10 acciones para recuperar el tejido social en el barrio. Entre ellas, Rosa Icela Rodríguez enlistó becas escolares, jornadas médicas y prevención de adicciones.
Sin embargo, la intensidad del operativo en el barrio ha variado. El jueves pasado participaron 350 agentes de la Procuraduría de Justicia local y 200 más de la Secretaría de Seguridad, pero la cifra disminuyó el fin de semana. “La presencia (policial) va a ser permanente. Ahorita aumentó el número de agentes, porque el fin de semana hay mayor vendimia. Sin embargo, a partir de mañana regresaremos con 200 elementos por institución”, dijo el procurador Rodolfo Ríos Garza al supervisar la zona el jueves pasado.
“La Fortaleza” y otros operativos previos
En febrero de 2007, el gobierno capitalino expropió el predio del barrio conocido como La Fortaleza, una acción anunciada como un golpe al crimen organizado que supuestamente tenía ahí su base.
Ante lo que algunos residentes consideraron una afrenta al barrio, un grupo de artistas construyó cerca del lugar un monumento de concreto como homenaje simbólico a las mujeres de la comunidad, a quienes destacaron como “la verdadera fortaleza de Tepito”.
“A las 7 cabronas e invisibles de Tepito. Las de antes y todas las que vendrán”, se lee en el pequeño pedestal de concreto, donde algunas turistas suelen tomarse fotos.
Las siete cabronas a las que se refiere el monumento son un grupo de mujeres del barrio en el que se encuentra Ruíz, conocida como La Reina del Albur por su manejo del doble sentido al hablar. “A lo tepiteño hemos tratado de quitarle el estigma, pero solo hemos podido quitarle el Te y la o”, bromeó.
Además de la intervención en La Fortaleza, distintos operativos han ocasionado confrontaciones entre los habitantes del barrio y las autoridades. Uno de los últimos ocurrió en junio de 2012, cuando unas 200 personas armadas con palos y petardos hicieron replegar a la policía antimotines, en un incidente iniciado por un operativo antipiratería.
En junio de 2010, rumores sobre el supuesto robo de dos niños derivaron en una toma de calles aledañas por parte de los vecinos por casi 18 horas.
Piden operativos permanentes
Además del procurador, legisladores de distintos grupos políticos han supervisado las operaciones policiales en Tepito. Los diputados del PAN, Santiago Taboada y Olivia Garza pidieron durante un recorrido nocturno que los operativos en el barrio sean permanentes.
“El operativo que se ha montado es importante (…) pero insistimos mucho en que tiene que ser un trabajo no solamente de una semana para únicamente tomarnos una foto e irnos a dormir, sino que tiene que ser un operativo permanente y sobre todo que blinde a otras zonas de la ciudad”, dijo Taboada.
En tanto, tras la desaparición de 12 jóvenes en un bar de la Zona Rosa y el homicidio de cuatro personas en el gimnasio de Tepito, el diputado Jorge Gaviño Ambriz hizo un llamado en la Asamblea Legislativa de la capital a no criminalizar a los habitantes del barrio.
Gaviño consideró necesario “tener clara” la dicotomía del barrio, que por una parte registra la derrama económica de su actividad comercial y por otro es una de las zonas con menores ingresos de la capital, con entre uno y tres salarios mínimos, dijo citando datos del Inegi.