La ola de violencia en Michoacán afecta traslados en autobús de turistas
Parado frente al mostrador, Genaro Gutiérrez no deja de ver el reloj de pared y la pantalla de plasma que anuncia los horarios y destinos de los camiones que viajan desde el municipio de Lázaro Cárdenas, Michoacán, al estado de Guerrero y su playa más cercana a territorio michoacano, Ixtapa Zihuatanejo.
Su viaje se vio suspendido por nueve horas en la pequeña central camionera de este municipio porteño, donde pretendía tomar un camión con su familia que lo llevaría a sus planeadas y anheladas vacaciones en un cómodo hotel a pie de playa con todo pagado.
Como él, decenas de personas sufrieron la convulsión de la ola de violencia que vive Michoacán desde el lunes pasado, cuando los enfrentamientos entre la policía federal y el crimen organizado se recrudecieron en la zona costera de la entidad.
Según el reporte oficial de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS), al menos 20 presuntos delincuentes y dos elementos de las fuerzas federales murieron este martes, después de tener enfrentamientos , en diferentes puntos de Michoacán.
El lunes fueron atacados un centenar de manifestantes que exigían la salida de la policía local, y murieron al menos cinco personas , en el municipio de Los Reyes.
La Cámara Nacional del Autotransporte y Turismo (Canapat) anunció el martes por la tarde que suspendería los viajes desde Lázaro Cárdenas hasta Morelia y los 23 municipios de la zona, e incluso el servicio hacia el estado de Guerrero y los pueblos circunvecinos.
Algunos pasajeros optaron por organizarse y rentar en grupo taxis locales y vehículos de particulares para llegar a sus destinos comunes.
Fue hasta el mediodía de este miércoles cuando poco a poco los autobuses de las líneas Parhikuni, Enlaces Terrestres Nacionales (ETN) y Flecha Amarilla volvieron a salir de las centrales camioneras de Morelia y Lázaro Cárdenas para llevar a cientos de pasajeros a sus destinos.
A pesar del incremento de las fuerzas de seguridad en las carreteras estatales y la autopista federal Siglo XXI, que cruza el estado de Michoacán del occidente al sur, los conductores de autobuses externaron que no se sienten seguros de transitar por las carreteras de la entidad.
El estado de Michoacán, ubicado en el occidente del país, es una de las localidades más vigiladas y patrulladas por agentes de la Policía Federal, la Policía estatal y el Ejército Mexicano.
Sin embargo, han continuado los hechos de violencia. Este miércoles presuntos integrantes de un grupo de autodefensa que surgió en el municipio de Aquila tomaron por tres horas la alcaldía y despojaron de armas y patrullas a la Policía Municipal.
Cada 150 o 200 kilómetros hay retenes del Ejército mexicano y la Policía Federal en las principales carreteras del estado, que conectan hacia los estados vecinos de Jalisco, Guerrero, Colima y el Distrito Federal.
Uniformados hacen revisiones minuciosas de vehículos particulares y autobuses de pasajeros. Inspeccionan maletas y maleteros de los vehículos.
Cada verano la zona costera del estado es una de las más socorridas para vacacionar, por su ubicación estratégica que bordea con el Océano Pacífico.
Miles de vacacionistas de todo el país en otros años llenaban los hoteles, las posadas y las playas vírgenes de Michoacán.
Guacamayas, Playa Azul, Las Calabazas, Las Peñas, Caleta de Campos, Ixtapilla, Maruata, Faro de Bucerias, La Placita, San Juan de Alima y Boca de Apiza, entre otras, eran los lugares preferidos para surfear, bucear o simplemente asolearse.
Hoy en día los pocos vacacionistas se han retirado y hay una cancelación masiva de reservaciones en los hoteles de la zona, según la Asociación de Hoteles y Moteles del estado de Michoacán (AHEMAC), cayó hasta un 70% de su ocupación.