Carencias e ingreso: cómo se sabe quién vive en la pobreza en México
En 2012, se sumaron a la pobreza 500,000 personas, con lo que 45.5% de los mexicanos está en esa situación, según la medición del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Tal vez tú no te consideres parte de los 53 millones 300,000 pobres del país, pero tus ingresos y carencias básicas pueden hacerte una persona vulnerable.
Las variables que definen si un mexicano es o no pobre, según la medición del Coneval, son el número de carencias sociales que tiene, como educación, salud o vivienda y el ingreso mensual individual.
El Coneval mide el ingreso de los mexicanos a través de una línea de bienestar económico equivalente al costo de las canastas alimentaria y no alimentaria juntas.
El ingreso establecido en la medición de 2012 para áreas urbanas es de 2,329 pesos de ingreso mensual y para zonas rurales, 1,490 pesos.
La otra variable es el grupo de seis carencias básicas: rezago educativo (si los menores de 15 no van a la escuela o los mayores de 16 no completaron la secundaria), acceso a los servicios de salud (estar afiliado a alguna institución de salud), acceso a la seguridad social (tener derecho a una pensión o jubilación), calidad en la vivienda (techos, muros y pisos firmes), acceso a servicios básicos en la vivienda (agua, luz, drenaje) y acceso a la alimentación (comida suficiente).
Los mexicanos que tienen al menos una carencia social y perciben un ingreso inferior a la línea de bienestar son considerados pobres.
El empleo y la generación de riqueza de los mexicanos es insuficiente para que puedan salir de la pobreza por sí solos, considera José Luis de la Cruz, investigador del Tecnológico de Monterrey.
“En México existe una debilidad de la clase media, cuando se ven las líneas de pobreza que son muy laxas, son líneas que deberían permitir que la mayor parte de los mexicanos no tuviera un problema de pobreza”, dice el académico.
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Dentro de la población en pobreza, están los pobres extremos, que son los que tienen tres o más carencias sociales y perciben ingresos menores a la línea de bienestar mínimo, que es un valor menor al costo de la canasta alimentaria, básica y para zonas urbanas se sitúa en 1,125 pesos y en áreas rurales en 800 pesos.
La línea de bienestar que utiliza el Coneval se calcula con base en el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi) y la inflación.
“Hay una subestimación de la pobreza por la cantidad de recursos con los que se mide la línea”, considera De la Cruz, pues dice no se pueden hacer tres comidas con menos de 30 pesos diarios.
Los mexicanos no pobres ni vulnerables representan el 19.8% de la población, esto es 23.2 millones de personas. En este rubro, no tienen carencias sociales y tiene ingresos superiores a la línea de bienestar.
A un paso de la pobreza
Pero hay otros mexicanos que si bien no son pobres pueden llegar a serlo.
La población vulnerable por carencia social es aquella que tiene una carencia social, pero un ingreso mayor a la línea de bienestar. Entre 2010 y 2012, esta población pasó de 32.1 millones a 33.5 millones.
En los últimos dos años, las carencias como rezago educativo, de salud y vivienda se redujeron, pero la falta de acceso a la seguridad social aumentó a 71.8 millones de mexicanos, esto es 2.2 millones más que en 2010.
“En la medida en que las carencias (salud, vivienda, educacion) están siendo reducidas, la posibilidad de que la pobreza extrema realmente incremente se reduce pero de nada va a servir si el ingreso y la seguridad social no aumentan”, consideró Alejandro González, director de la organización Gestión Social y Cooperación (Gesoc).
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La población vulnerable por ingreso es aquella que no tiene carencias sociales pero su ingreso es inferior a la línea de bienestar.
Una de las causas de esto es que el empleo en México es de mala calidad, pues los trabajadores tienen bajos sueldos y no tienen prestaciones sociales.
“Los ingresos tanto del mercado laboral y los que se generan en micronegocios y pequeñas empresas no están alcanzando para generar el bienestar suficiente para las personas”, dice De la Cruz.