Peña conmemora la Independencia entre logros y críticas a su gobierno
La primera celebración patria del gobierno de Enrique Peña Nieto llega este domingo en medio del avance de algunas reformas en el Congreso y el descontento que los cambios propuestos generan entre algunos grupos.
Próximo a cumplir 10 meses en el poder, Peña Nieto dirigirá por la noche la ceremonia del Grito de Independencia en Palacio Nacional. El acto tradicionalmente se lleva a cabo en ese lugar, pero hasta esta semana existían dudas sobre su realización, debido a que un campamento de profesores inconformes con la reforma educativa se mantenía en el Zócalo capitalino desde mediados de agosto.
Los docentes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) fueron desalojados del lugar la tarde de este viernes, en una operación de la Policía Federal que la Secretaría de Gobernación (Segob) describió como “profesional y apegada a los protocolos de respeto a los derechos humanos” . En contraste, los dirigentes de la CNTE y algunos líderes de la izquierda se refirieron al operativo como una medida de “represión”.
Este sábado, militares y policías federales acordonaron la zona , para que se realizaran los preparativos de la ceremonia del Grito de Independencia y del desfile militar del 16 de septiembre.
Javier Aparicio, politólogo del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), consideró que el uso de la fuerza contra manifestaciones sociales siempre es “un tema delicado” para cualquier autoridad y que en este caso refleja que al presidente le interesaba poder encabezar sus primeras fiestas patrias en el Zócalo.
“Es una evidencia más de que al presidente sí le importa su imagen de gobierno”, dijo Aparicio.
Peña Nieto ganó las elecciones presidenciales de 2012 con el 38% de los votos, con lo que devolvió al Partido Revolucionario Institucional (PRI) el poder que había tenido durante 71 años, tras dos mandatos del Partido Acción Nacional (PAN).
Desde que asumió el cargo en diciembre, Peña Nieto ha dicho que impulsará un conjunto de reformas clave para el país y en algunas ha conseguido el respaldo de las principales fuerzas de la oposición, el PAN y el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Tres de ellas son las reformas financiera, en telecomunicaciones y en educación. Las leyes secundarias de esta última entraron en vigor este jueves , a pesar de que la CNTE trató de impedir su aprobación en el Congreso con manifestaciones en las cámaras legislativas y bloqueos de algunas de las principales avenidas de la capital.
Alberto Aziz, académico del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), consideró que las protestas de la CNTE contra la reforma educativa auguran que Peña Nieto enfrentará “muchas resistencias” para concretar sus propuestas.
La reforma educativa fue impulsada por el PRI, el PAN y el PRD, pero los tres partidos difieren en otros temas clave como las reformas energética, fiscal y política, que el Congreso prevé empezar a discutir en las próximas semanas.
En las reformas energética y fiscal, además, grupos como el encabezado por el excandidato presidencial Andrés Manuel López Obrador —rival de Peña Nieto en los comicios de 2012— llaman a protestar en las calles contra la apertura del sector energético a particulares o el alza de impuestos.
“Hay claroscuros, signos de mucha movilización social. (El presidente) llega con la agenda de reformas muy suelta. (…) Sí hay avances en algunas cosas, pero el conflicto está ahí y puede extenderse”, dijo Aziz.
Durante un acto este jueves, Peña Nieto reconoció que reformas como la fiscal pueden generar descontento entre los grupos afectados, aunque afirmó que su gobierno asumirá el costo político que implica promoverlas .
“El gobierno asume el costo que esto pueda tener en la reforma hacendaria, porque cuando se trata de cobrar impuestos o de imponer nuevos impuestos o de eliminar exenciones o tratamientos preferenciales de nuestra legislación fiscal, evidentemente, esto de ninguna manera resulta popular”, dijo.
El impacto de la iniciativa de reforma fiscal del gobierno —presentada el 8 de septiembre— aún no se refleja en la popularidad del mandatario, según algunas encuestas de preferencia.
En agosto, Peña Nieto tenía una aprobación del 60% en las mediciones de la encuestadora Parametría, mientras que en la de Consulta Mitofksy era del 56%.
Aunque la popularidad del presidente se mantiene alta, los analistas consultados estiman que los próximos meses serán difíciles para el gobierno debido a la negociación de reformas polémicas como la energética y la fiscal.
"El conjunto de reformas genera un escenario de mucha incertidumbre", dijo Aziz.
Para Aparicio, el resultado de esas negocaciones impactará también en las futuras propuestas del mandatario. Si la negociación le favorece, podrá presentar planteamientos más ambiciosos en el resto de su gestión (2012-2018). Si no, su capacidad para impulsar una agenda en el Congreso se verá limitada.