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'La Quina', de aliado incondicional a enemigo del sistema

Joaquín Hernández Galicia fue detenido por militares en 1989, una acción que luego se convirtió en sinónimo de golpes de la autoridad
lun 11 noviembre 2013 07:01 PM
Joaquín Hernández Galicia La Quina
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El 10 de enero de 1989, miembros del Ejército irrumpieron en la residencia de uno de los líderes sindicales más poderosos del país y lo detuvieron. Así acababan los 30 años de Joaquín Hernández Galicia, La Quina, al frente del sindicato petrolero, reconocido no solo por estar siempre alineado a los intereses del Partido Revolucionario Institucional (PRI), sino porque su líder era querido y reconocido por sus afiliados por sus cualidades 'paternales'.

A ojos de los analistas, con esa detención el presidente Carlos Salinas de Gortari daba una muestra de poder a un mes de arrancar su gobierno, severamente cuestionado por el polémico resultado de los comicios donde resultó ganador luego de una "caída" del sistema electoral jamás explicada.

La Quina fue condenado a más de 30 años de prisión por acopio de armas y homicidio calificado, lo que fue interpretado por expertos como un mensaje del entonces mandatario a sus opositores, pues al exlíder se le había acusado de dar un impulso velado al principal contendiente de Salinas, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.

La Quina nació en 1922 y 36 años después ya era líder del sindicato que agremia a los trabajadores de la paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex), la empresa más grande de México . Según varios testimonios y biografías no oficiales, en sus 'regiones de influencia' —la región petrolera del Golfo de México, con base en Ciudad Madero y Tampico, Tamaulipas— controlaba la designación de candidatos a diputados, senadores y alcaldes.

Según las mismas fuentes, los trabajadores petroleros apoyaban al candidato que su líder recomendaba. Varios analistas y críticos literarios han comparado el liderazgo de Hernández Galicia con la novela Morir en el Golfo (1987), escrita por Héctor Aguilar Camín y posteriormente fue pasada al cine, aunque en la misma obra el autor dijo que "lo aclara el propio autor: todos los personajes, incluidos los reales, son imaginarios".

“Desacato al sistema”

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“(El mensaje fue) se le va a hacer pagar su desacato al sistema y a Salinas en lo particular, y se va a hacer un castigo ejemplar: lo que le pasó a La Quina le puede pasar a cualquier otro de los líderes obreros”, dijo el historiador Lorenzo Meyer para un documental sobre el tema producido por grupo editorial Clío. La detención y salida del poder de La Quina pasó al lenguaje político mexicano como sinónimo de golpe de autoridad, el quinazo.

En el operativo en la residencia en Ciudad Madero, fueron halladas ametralladoras, municiones y un cadáver, correspondiente al agente del ministerio público federal Antonio Zamora.

Junto con Hernández fueron retirados de sus cargos otros 30 dirigentes petroleros, y reemplazados por el grupo encabezado por Carlos Romero Deschamps, que había sido chofer y asistente del líder sindical.

La Quina salió de prisión ocho años después, en 1997, luego de recibir una amnistía del gobierno mexicano.

“No fui preso por corrupto, me inventaron un muerto. ¡Y no es cierto! Toda la gente me saluda adonde quiera que voy. Eso piensan ustedes, porque están mal informados”, dijo al diario Milenio en junio pasado.

El intento por volver

Hasta el año 2000, Hernández no quería saber nada de política ni del sindicato petrolero y solo deseaba trabajar en su rancho y en lo que le gustaba, la agricultura y la ganadería, según dijo entonces su hija María Guadalupe Hernández Correa a medios de Tamaulipas.

Pero con la llegada de Vicente Fox la presidencia, el antiguo lider intentó recuperar su relación con el presidente para volver a la dirigencia del STPRM. En varias ocasiones durante 2002 dijo a periodistas que contaba con el apoyo del mandatario panista para volver al sindicato.

Las aspiraciones de Hernández Galicia fueron avivadas al conocerse el traslado de recursos del sindicato petrolero hacia la campaña del candidato priista Francisco Labastida para las elecciones presidenciales del 2000; el exlíder petrolero acusó al sindicato de corrupto, pero el espaldarazo de Fox nunca llegó, aunque Hernández no dejó de buscar acercamientos con la presidencia.

En mayo de 2007 visitó la residencia oficial de Los Pinos para, según él, advertir al presidente Felipe Calderón de la corrupción en Pemex. Fue recibido por el entonces director general de análisis político de la presidencia, Alejandro Poiré.

"Queremos prevenir al presidente Calderón de que no haga lo que Vicente Fox, de solapar a los dirigentes sindicales en Pemex, que actúe de acuerdo con la Ley, no como el quinazo, porque hay mucho fondo jurídico para ello", dijo Hernández en esa ocasión, según El Universal.

El llamado de Hernández no tuvo ningún efecto visible en la estructura del STPRM. Romero Deschamps actualmente es senador por el PRI y mantiene su cargo de secretario general del sindicato.

Hernández Galicia pasó sus últimos años en Tampico, y según dijo al diario Milenio, vivía con una pensión de 25,000 pesos mensuales.

En enero pasado dijo que pediría ayuda al gobierno de Tamaulipas para descongelar cuentas de banco por 3,000 millones de pesos, suspendidas cuando fue encarcelado, con la intención de invertir en granjas de peces y gallinas en todo el país.

A fines de octubre pasado, fue hospitalizado por una afección en el colon, donde permaneció hasta su muerte este lunes.

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