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El general Jesús Gutiérrez Rebollo muere en la Ciudad de Mexico

El zar antidrogas, el primer alto militar detenido por vinculos con el narcotrafico, murio de complicaciones tras una cirugía craneal
jue 19 diciembre 2013 05:53 PM

El general de división Jesús Gutiérrez Rebollo, conocido como el zar antidrogas, murió este jueves a los 79 años de edad, a causa de complicaciones derivadas de una intervención quirúrgica en el cráneo, confirmó su hijo César Gutiérrez Priego.

El deceso ocurrió a las 14:59 horas debido a un infarto cerebral. En la madrugada del jueves fue sometido a una cirugía en el Hospital Central Militar de la capital mexicana para extraerle la sangre acumulada en el cerebro, sin embargo, al término de la cirugía los médicos determinaron que había muerte cerebral.

Su hijo dijo que esperaron a que los signos vitales de su padre dejaran de funcionar para finalmente declarar la muerte.

En un comunicado enviado el jueves por la tarde, la Secretaría de la Defensa Nacional expresó sus condolencias a la familia de Gutiérrez Rebollo.

El cuerpo será cremado y llevado a Morelos, su estado natal.

El general Gutiérrez Rebollo murió el día en que un juzgado federal había autorizado el traslado del Hospital Militar, en donde había permanecido los últimos dos años y cumpliera el resto de su condena bajo en su domicilio, algo por lo que él, su familia y abogados habían luchado durante años.

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"Ayer (miércoles) a las siete de la noche, un juzgado federal le notificó a mi papá que el día de hoy (jueves) podía salir a su domicilio para poder pasar el resto de sus días con la familia y desafortunadamente después de recibir la noticia, unos minutos después se quedó callado, se quedó muy serio y fue cuando le dio el derrame cerebral", narró su hijo.

Gutiérrez Priego consideró que su padre estuvo "aguantando" durante varios años para morir fuera de la prisión, ya que les hizo prometer a su familia y abogados que lucharían hasta conseguir trasladarlo a su domicilio.

"Yo creo que cuando vio que legalmente eso era posible y que ya no había ningún impedimento y que el día de mañana iba a salir, yo creo que fue cuando dijo, 'ya por fin lo conseguí'  fue cuando su cuerpo cedió", agregó Gutiérrez Priego.

Explicó que al momento de morir, a su padre solo le hacía falta una sentencia para quedar exonerado de todos los cargos, por lo que añadió, que en su calidad de hijo y vía post mortem, seguirá luchando para demostrar la inocencia de su padre.

"Yo lo que quiero es mostrar que todo esto fue un teatro montado para mi padre y poderlo exonerar por completo", concluyó.

Rebollo fue el primer militar mexicano de alto rango en ser encarcelado por vínculos con el narcotráfico, específicamente fue acusado de proteger al fundador del cártel de Juárez, Amado Carrillo. Al momento de su muerte cumplía una condena de 40 años de prisión por delitos contra la salud, violación a la Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada y cohecho.

Fue director general de caballería en 1985, más tarde se desempeñó como comandante en regiones militares de San Luis Potosí, Sinaloa y Jalisco.

En 1989, cuando estaba a cargo de la IX Zona Militar, en Culiacán, Sinaloa, fue detenido Carrillo Fuentes e internado en el Reclusorio Sur del Distrito Federal, aunque salió dos años más tarde.

Rebollo estaba al frente de la V Región Militar de Guadalajara, Jalisco (1989-1996) cuando el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo fue asesinado en el aeropuerto de esa ciudad (1993) y cuando explotó un coche bomba frente al hotel Camino Real (1994).

En 1995 consiguió la captura de El Güero Palma, exlíder del cártel de Sinaloa, y de algunos integrantes del cártel de Juárez.

A finales de 1996 el expresidente Ernesto Zedillo Ponce de León lo nombró comisionado del desaparecido Instituto Nacional para el Combate a las Drogas (INCD), un cargo que le ameritó el sobrenombre de zar antidrogas. A 72 días de asumir el puesto fue detenido por vínculos con Carrillo Fuentes.

Autoridades militares habían comenzado a investigarlo tras obtener supuestas grabaciones de Rebollo y Carrillo Fuentes en la que discutían sobre pagos que el narcotraficante haría al militar.

En 2007, una década después de haber sido condenado a 40 años de prisión, promovió un amparo contra la sentencia y pidió que le restituyeran sus cargos militares. La pena no le fue conmutada, pero su rango de General de división sí.

En mayo de 2012, su hijo, César Gutiérrez Priego, insistió en la inocencia de su padre y denunció en una entrevista radiofónica con la periodista Carmen Aristegui que el general detenido en 2012, Tomás Ángeles Dauahare, lo había amenazado a él y a su familia de muerte, una década atrás, si defendían públicamente la inocencia de Rebollo.

Gutiérrez Priego, quien también fue abogado defensor de su padre, sostuvo que el extitular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Enrique Cervantes Aguirre (1994-2000) había ordenado a Dauahare amedrentar a la familia Rebollo porque el general "les estorbaba".

Recordó que Rebollo entregó a Cervantes Aguirre 12 millones de dólares decomisados al narcotráfico en Nayarit, pero que el titular de la Sedena los entregó a su vez a la Procuraduría General de la República (PGR) dos años después, cuando Rebollo hizo público el decomiso como parte de su defensa.

También dijo que su padre dirigió tres operativos para detener a Carrillo Fuentes, pero que en los tres casos Cervantes Aguirre le ordenó llevar a personal de su confianza que en su momento obstaculizó la detención del narcotraficante, así como también, que al ser detenido, su padre investigaba presuntos vínculos entre la familia de Zedillo y un grupo de narcotraficantes conocido como los Amezcua Contreras.

Rebollo padecía cáncer de próstata y su salud se deterioró a partir de 2009. En 2011 se le permitió cumplir su condena en un hospital de la Ciudad de México, de acuerdo con el magistrado Ricardo Paredes Calderón, titular del Segundo Tribunal Unitario en Materia Penal del Primer Circuito.

El director de cine, Steven Soderbergh, declaró que la historia de Rebollo lo inspiró para filmar la película Traffic, un drama sobre un juez antidroga y una pareja de policías mexicanos que ayudan al Ejército a desmantelar un cártel de narcotráfico.

Belén Zapata, desde Guadalajara, contribuyó con esta historia.

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