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Tras 7 años presa por abortar, una mujer indígena busca rehacer su vida

Adriana Manzanares quedó libre luego de que la Corte invalidó el juicio en su contra, pero no tiene dónde vivir ni cómo mantener a sus hijos
vie 07 febrero 2014 06:41 AM

La tarde del 22 de enero, Adriana Manzanares recibió la noticia de que sería libre después de haber estado más de siete años presa acusada de abortar. Pero la alegría que le causó el anuncio duró poco, dice, porque comenzó a pensar en todo lo que tendría que hacer para reiniciar su vida: recuperar la custodia de sus tres hijos, encontrar dónde vivir y hallar un trabajo.

"Estoy empezando de cero otra vez", señala en entrevista telefónica. "Lo más difícil es estar siete años, nueve meses y tres días sin ver a mis hijos. Es parte de mi vida que quedó afuera. Es difícil recuperar eso. Es lo más difícil. Por eso estoy enojada". 

Manzanares, que cumplirá 27 años en marzo, tiene tres hijos: una niña de 11 años, un niño de nueve y otro de cinco. Es indígena de la etnia nahua y, hasta antes de ser encarcelada, se dedicaba a cuidar chivos en la comunidad rural de El Camalote, en el municipio de Ayutla de los Libres, Guerrero.

En 2006, cuando tenía 19 años, fue detenida y sentenciada a 22 años de prisión por homicidio en razón de parentesco, luego de que pobladores de su localidad la acusaron de abortar al bebé del que estaba embarazada.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), sin embargo, determinó en enero pasado que en el proceso penal en su contra se violaron sus derechos humanos y ordenó su inmediata liberación.

"No voy a regresar"

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Manzanares tenía dos hijos con Claudio, su primera pareja, que en 2006 vivía en Estados Unidos, donde había ido a trabajar. Ese año, sin haberse separado de Claudio, Manzanares comenzó una relación con Virgilio, del que quedó embarazada, dice Verónica Cruz Sánchez, del Centro Las Libres, una organización civil que desde 2010 apoyó la defensa legal.

Según Cruz Sánchez, cuando el padre de Manzanares, Modesto, se enteró del embarazo, golpeó a su hija y avisó a Claudio, quien le dijo que ya no quería estar con la mujer. Y después, cuando Manzanares tuvo un aborto espontáneo al cuarto mes de gestación, Modesto la acusó ante el comisario ejidal de haber matado al menor.

El abogado Javier Cruz Angulo, director de la Clínica de Interés Público del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), señala que antes de que Manzanares fuera llevada ante la procuraduría estatal, recibió insultos y escupitajos por habitantes de su comunidad por haber sido infiel a su pareja, y por ello ahora se niega a volver a la localidad.

"No voy a regresar allá de por sí, porque no quiero para mis hijos, no quiero esa vida. (Quiero) que crezcan en donde haya un lugar bien, que aprendan muchas cosas", dice la mujer. 

Al respecto, Cruz Sánchez comenta: "ella dice: 'Yo no quiero ver a mi papá porque mi papá me hizo mucho daño'". Hasta la fecha, Manzanares no ha presentado denuncias contra su padre, que sigue viviendo en El Camalote.

Madre de tres hijos

Los dos hijos mayores de Manzanares son producto de su relación con Claudio. Del más pequeño quedó embarazada cuando ya estaba presa y es hijo de un interno que conoció en el penal de Chilpancingo, la capital de Guerrero. Según Cruz Sánchez, el hombre sigue en prisión y Manzanares no ha querido revelar su identidad.

Mientras Manzanares estuvo en la cárcel, los dos menores de mayor edad permanecieron con sus abuelos maternos y el más pequeño se quedó con los paternos.

Días después de que Manzanares dejó el penal, según Cruz Sánchez, los niños mayores dijeron a la familia que querían estar con su mamá y la abuela los llevó a la cabecera municipal de Ayutla de los Libres para que se reencontraran con ella. En tanto, el niño más pequeño permanece con sus abuelos paternos y Manzanares dice que buscará llevarlo a su lado cuando tenga cómo mantenerlo.

La sentencia en su contra quedó anulada luego de que la Primera Sala de la Corte resolvió por unanimidad otorgarle un amparo , argumentando que en el proceso penal se violó su derecho a contar con un traductor cuando fue detenida —porque entonces no hablaba español, sino tlapaneco— y se le acusó de homicidio con pruebas sin validez científica.

De momento, Manzanares se encuentra en una vivienda en Morelos, donde activistas de Las Libres, del Instituto Guerrerense de Derechos Humanos (Igdhac) y otras organizaciones civiles tratan de reunir recursos para ayudarla a independizarse. 

La respuesta del estado

Manzanares considera que las autoridades de Guerrero le causaron "daño" al encarcelarla, por lo que analiza la posibilidad de entablar una demanda en su contra.

Al respecto, Cruz Angulo dice que la defensa todavía debe analizar la sentencia de la Corte y revisar si el máximo tribunal se pronunció en ella en el sentido de que el gobierno del estado es responsable de un perjuicio contra Manzanares. De no ser así, sería difícil que una querella prosperara, reconoce el abogado.

Cuestionadas sobre el caso, las autoridades de Guerrero señalaron que ofrecieron a Manzanares apoyo para que pueda reiniciar su vida. 

"El gobierno está en la mejor disposición de proporcionarle los apoyos. Nos gustaría tener más cercanía con ella para poder platicarlo, dialogarlo y llegar a un acuerdo", dice Fanny Lara, directora de Asuntos de Derechos Humanos de Guerrero. 

La ayuda que las autoridades estatales han ofrecido a Manzanares consiste en terapia psicológica y en recursos económicos —cuyo monto las autoridades no especificaron— a fin de que inicie un negocio propio y garantice la educación de sus hijos. Sin embargo, según Lara, Manzanares todavía no ha respondido al ofrecimiento. 

"Estamos abiertos a que ella acuda con nosotros en el momento en que ella lo decida", señala la funcionaria. 

Por lo pronto, Manzanares admite que aún debe platicar con sus abogados antes de tomar decisiones, pero dice tener claro que si el tiempo que pasó en prisión fue complicado, el camino que aún le espera fuera de la cárcel tampoco será sencillo. 

"Fue un daño, los siete años y hasta ahorita, y no es tan fácil tomar rápido la decisión de qué voy a hacer, por mí primero y después por mis hijos, trabajar para mis hijos, para sacarlos adelante", señala. "Faltan muchas cosas, y empezar a contar desde uno hasta quién sabe cuánto vamos a llegar".

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