El PRI 'revive' su tradición de festejar con el presidente
Arropado por aplausos y porras, Enrique Peña Nieto revivió este martes una tradición de la que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se había alejado durante 15 años: la de festejar los aniversarios del partido en actos encabezados por el presidente de México.
La última ocasión que ocurrió fue en 1999, el penúltimo año de gobierno de Ernesto Zedillo, cuando la fuerza del priismo comenzaba a caer, al grado de que en el 2000 perdió las elecciones presidenciales frente al Partido Acción Nacional (PAN).
Este año, por el contrario, los priistas afirman estar fortalecidos luego de haber recuperado el poder en 2012, y se dicen "orgullosos" de pertenecer al partido fundado en 1929.
"Hoy refrendo mi convicción como militante del PRI. Hoy reafirmo mi gran orgullo de ser priista", dijo Peña Nieto este martes en la celebración por el 85 aniversario del partido, ante un auditorio repleto de dirigentes, legisladores, gobernadores e invitados.
Los aplausos para el presidente comenzaron incluso antes de que iniciara su discurso: apenas entró al salón, fue recibido con palmas y vítores.
"¡Presidente, presidente!", gritaban algunos priistas, al tiempo que trataban de abrirse paso para acercarse a saludarlo o a tomarle una foto, buscando el mejor ángulo con sus smartphones y tablets.
Vestidos de trajes oscuros y de corbatas o blusas rojas, una combinación tradicional entre la militancia priista, los asistentes volvieron a aplaudir a Peña Nieto cuando enumeró las instituciones que creó el PRI durante sus primeros 71 años de gobierno, así como las acciones que ha llevado a cabo su administración.
"La historia confirma cómo ha cumplido nuestro partido", dijo.
"Los priistas debemos difundir los alcances y beneficios de los grandes cambios nacionales que hemos venido impulsando. Cada uno de nosotros, cada priista, debe ser portavoz del momento que está viviendo México y del futuro prometedor que estamos construyendo juntos", agregó el mandatario.
Peña Nieto habló 20 minutos desde un escenario únicamente equipado con un atril, que sólo compartió con el dirigente del partido, César Camacho, primer orador del festejo.
Exgobernador del Estado de México igual que Peña Nieto, Camacho inició su mensaje defendiendo la participación del presidente en la ceremonia y argumentando que el PRI es "su casa".
"El priismo nacional aprecia su firme decisión de mantener una franca, legítima y sana cercanía con el partido. Valoramos mucho y nos compromete más que exprese sin ambages su orgullo de ser priista. Qué bueno que esté en casa, presidente Enrique Peña Nieto", mencionó el dirigente.
Por la mañana, otra de las figuras del partido, el coordinador de los senadores priistas, Emilio Gamboa Patrón, se había expresado en términos similares al defender la asistencia de Peña Nieto al festejo y negar que esto representara un regreso a los tiempos en que el PRI era conocido como el "partido hegemónico".
"No vamos a regresar desde luego a un pasado. México ha cambiado. Ustedes lo viven a diario, en la democracia que se vive", dijo el senador a medios.
"Que el señor presidente acuda a su partido, como miembro de su consejo, es un acto muy normal que pasa en cualquier democracia del mundo", señaló.
Por la noche, todo fue un intercambio de halagos entre Peña Nieto y sus correligionarios, gritos de "¡Presidente, presidente!" y "¡Peña, Peña!" a los que el mandatario respondió con más aplausos, saludos y sonrisas.
Al finalizar el mensaje del presidente, el festejo terminó con miles de papeles verdes, rojos y plateados lanzados al aire, así como con el anuncio de los líderes del PRI asegurando que el partido buscará más triunfos electorales y fortalecer lo que Camacho definió como el "priismo peñista".