El 'recorte' en la Línea 12 del Metro 'cobra pasaje' a los usuarios
En el primer día de suspensión de servicio en 11 de 20 estaciones de la Línea 12 del Metro en el Distrito Federal, los usuarios tuvieron que pagar los platos rotos con una jornada de largas filas, improvisación en el servicio gratuito de autobuses, un tránsito infernal, enojo y frustración.
"Me afecta bastante", "Esto muestra lo mal que están hechas las cosas”, “Es increíble que se cierre la estación más nueva”, “Ahora voy a hacer más tiempo”, expresaron algunas personas que suelen utilizar las estaciones cerradas.
A las 16:00 horas de este miércoles, en la estación Atlalilco de la línea más joven del Sistema de Transporte Colectivo (STC), se podía observar a decenas de personas formar una larga fila desde la zona de andenes —cerca de la vía— hasta el exterior para abordar un autobús que les permitiera completar su regreso a casa, con dirección a Tláhuac.
Por la mañana habían tenido dificultades para transportarse en la dirección opuesta, desde Tláhuac hasta Atlalilco, Tasqueña o la estación Constitución de 1917, en la región sureste de la capital mexicana.
“¡Súbale a Tláhuac, súbale, avance de prisa!”, gritaron algunos policías y trabajadores del servicio de transporte RTP, para que la gente subiera a uno de los 300 autobuses habilitados para tratar de atenuar las consecuencias de la suspensión del servicio del “tramo elevado”, donde se ubicaron fallas de infraestructura.
Con una expresión de molestia, la gente tuvo que formarse hasta 15 minutos para tomar el autobús, y al abordarlo ir apretujada, algunos casi con la mejilla pegada al cristal.
“No puedo respetar el límite de personas, porque si no nunca vamos a poder”, dijo un hombre con un chaleco de Protección Civil, que alentaba a más gente a abordar, aunque en el autobús había una leyenda de que el límite eran 52 personas. “¡Aquí caben hasta 100!”, expresó uno de los conductores.
Subir al autobús era solo la primera parte de la travesía, porque después se tenía que enfrentar al tránsito generado por los 300 autobuses, microbuses, taxis y automóviles particulares en la Avenida Tláhuac que peleaban por circular por los tres carriles de esta vía.
Según los usuarios, con el recorte en la Línea 12 harán 30 o hasta 40 minutos más en sus recorridos, en comparación al tiempo que usualmente hacían.
“Esto es una violación a nuestros derechos, afecta nuestra calidad de vida”, expresó una mujer en la fila para tomar al autobús. “Se siente impotencia”, dijo otra ciudadana a la que le afectó la suspensión en el servicio de las líneas. “Esto deriva de una mala planeación, genera un caos”, comentó otra persona.
“Esto es un desmadre”, dijeron otros para resumir lo que habían vivido durante el día, y criticaron que eso ocurra después de que subiera el precio del boleto de tres pesos a cinco.
“Toda la gente está habituada para tomarlo (el Metro) a su trabajo, entonces que suspendan el servicio es molesto. Fue un mal trabajo del gobierno, fueron intereses del anterior jefe de gobierno”, opinó el usuario Jorge Alberto Martínez.
Pero el ex mandatario capitalino, Marcelo Ebrard, quien inauguró la Línea 12 del Metro el 30 de octubre de 2012, asegura estar "muy tranquilo y orgulloso de esa línea”, comentó el político este martes, después del anuncio sobre la suspensión en el servicio.
“No tengo ninguna responsabilidad respecto al tema del problema y fallas en la Línea 12 del Metro", dijo este miércoles en una conferencia para hablar sobre el tema.
A lo largo de la Avenida Tláhuac, afuera de las estaciones donde se suspendió el servicio, como Tezonco, Nopalera, Olivos y Zapotitlán, trabajadores de RTP sostenían cartulinas con el nombre de la estación para que se detuvieran los conductores de los camiones, pues algunos no conocían a detalle cuál sería su ruta.
En Tláhuac, ya rumbo a la estación Tasqueña, algunos pasajeros se levantaron de sus asientos para acercarse al conductor de RTP e indicarle por qué calles debía dirigirse, porque estaba perdido. “¡Si quieres yo manejo!”, le gritó un joven desde la parte posterior del autobús.
Dentro de las nueve estaciones que están en funcionamiento algunos usuarios reportaron que en algunas curvas se escuchó un estruendo, que “no deja ni platicar”. Otras personas mencionaron que los vagones “vibran demasiado”, y que los traslados se han hecho más lentos, aunque de cualquier modo el Metro les ayuda mucho en sus recorridos.
Cuando los trenes que salen de Mixcoac llegan a la estación Atlalilco se escucha una voz femenina que dice: “Por su seguridad, este tren sale de circulación, nadie debe permanecer a bordo”. Entonces todos tienen que salir, formarse y luchar por abordar un autobús que los lleve a casa.
“Esto va para largo, serán seis meses” , lamentó un hombre sobre lo que viene para los usuarios en lo que será su odisea diaria de la Línea 12, con cambios en sus horarios, filas y tránsito pesado.