¿Ángel o demonio? La voz de quienes vivieron bajo el techo de 'Mamá Rosa'
Mamá Rosa atendió el albergue La Gran Familia de Zamora, Michoacán, desde la década de los años 60, y ahora su nombre está en medio de la polémica por las acusaciones sobre golpizas y retención de niños y niñas en la institución.
Luego de que la Procuraduría General de la República (PGR) informara que Rosa del Carmen Verduzco Verduzco había sido detenida tras un cateo a la casa hogar por haber encontrado a casi 600 personas viviendo –de acuerdo con las autoridades– en condiciones insalubres y con cuadros de desnutrición, surgieron testimonios de quienes vivían o ya habían egresado del albergue.
Quienes habitaron La Gran Familia coinciden en señalar malos tratos y situaciones de hacinamiento, trabajo forzado, mala alimentación y presuntos abusos físicos y sexuales cometidos por parte de los encargados, aunque difieren en el grado de conocimiento y responsabilidad que Mamá Rosa pudo tener en estos hechos.
Los testimonios coinciden en deslindar a Verduzco Verduzco de las vejaciones más graves que se han señalado.
A continuación te presentamos lo que algunos de quienes vivieron bajo el mismo techo que Mamá Rosa han declarado en torno al trato que recibieron en La Gran Familia.
Un niño en el albergue (1):
"Nos pegababan. Nos daban con un radio en la cabeza, con varas. También nos encerraban en El Pinocho", indicó a CNN en Español el menor (no-identificado por razones legales), en referencia al oscuro cuarto de castigos de menos de dos metros cuadrados que recibía ese nombre por el gran dibujo del niño-marioneta pintado en su pared.
Un niño en el albergue (2):
"Aquí nos pegaban los encargados y, si no hacíamos lo que nos decían, a cada rato nos pegaban y luego nos castigaban de comer (...) Teníamos que agarrar comida a escondidas", comentó otro infante a CNN en Español.
Un niño en el albergue (3):
"Siempre nos trataban mal, nos pegaban con unas varas en las manos, nos encerraban en un cuarto que le decían Pinocho, y ahí durábamos seis meses y no nos daban nada de tomar. Nos enfermábamos y no nos atendían", comentó uno más.
Guillermo Verduzco, "egresado" del albergue:
"Si no pelábamos los cinco pollos (al día), lo golpeaban a uno. Ahí empecé a conocer las primeras palizas, nunca le habían pegado tan drásticamente a uno así, porque le quebraban a uno los palos ahí donde cayera el palazo; unas cosas súper tremendas", relató en entrevista con CNN en Español.
"Niños de los más grandes, encargados de ahí, ellos mismos eran los que hacían sus cosas, incluso abusos sexuales. Algunos encargados tuvieron hijos ahí mismo, abusaban de las mismas niñas", aseguró.
"Los niños que están hinchados de sus estómagos, pero de puras amibas y se les notan las costillas, era el mismo cuadro que se podía ver hace unos 25 o 30 años en el sanatorio", recordó.
No obstante, Guillermo Verduzco –quien como muchos de los "hijos" de Mamá Rosa lleva el apellido de la extitular del albergue tras ser abandonados por sus tutores– también tiene palabras de agradecimiento y deslinda a su exbenefactora de los abusos.
"Nuestra madre, ella nunca tuvo este tipo de conocimiento. A mí en lo personal, ella fue una de las que se encargó de nuestra educación, nos dio un lugar donde vivir pobremente y depravadamente, pero nos dio un lugar donde vivir. La mera verdad, en contra de ella yo no tengo nada, al contrario tengo más que agradecerle que que reclamarle (...) Ella, si hubiera sido otra persona, más súper tremenda, hubiera hecho tráfico de gente, y no; al contrario, nos dio una buena educación, clases de canto, para que fuéramos gente de provecho", aclaró.
Miguel Ángel Juárez, quien llegó a los 13 años y vivió seis años en el albergue:
" Fue horrible vivir tantos años ahí y sufrir abusos por parte de las autoridades. La comida era muy fea; nos daban comida echada a perder. Otras instituciones de centros comerciales nos donaban comida, pero ella la guardaba en bodegas y al pasar del tiempo, ya cuando estaban caducos, nos la daba a nosotros", acusó en entrevista con Radio Fórmula.
"A los niños que los sacaba a pedir dinero, era todo el día desde las ocho de la mañana hasta las seis, siete de la noche, y no podían agarrar ni un peso de lo que pedían porque los castigaban. Les quitaban todo el dinero", afirmó.
Juárez aseveró que durante su estancia jamás pudo salir del albergue porque todo ese tiempo "estaba encerrado".
"De frente, las instalaciones, no se veía tan feo como eran las instalaciones de la parte de atrás", indicó al justificar por qué los padres de los niños no se daban cuenta de la situación descrita por los exinternados y las autoridades.
El testimonio también deslindó a Verduzco Verduzco de los atropellos más graves que se cometían en La Gran Familia, aunque señaló que "algunas veces ella los mandaba" a golpear.
"Mamá Rosa no tiene nada qué ver en lo de abusos sexuales. Eso era con otros encargados mayores de edad que a veces los encontraban con jovencitas encerrados en cuartos solos; ellos tenían esposas, y por eso no decían nada las niñas, porque las esposas les pegaban a ellas", abundó.
"Cuando había visita, la señora Rosa a todos nos vestía con un uniforme azul u otra ropa, pero esta ropa la tenían guardada para cuando hubiera estos eventos, y en esos días sí nos daban comida que estuviera en buen estado", agregó.
La persona que ofreció el testimonio acusó a Verduzco Verduzco de retenerlo contra su voluntad y la de su familia.
"Un amigo que estaba ahí, gracias a Dios me ayudó, tenía un celular, conseguí el número de mi mamá, le dije que qué había pasado, por qué no había ido por mí, y me dijo que sí había ido pero Mamá Rosa no quería que yo saliera, que le estaba pidiendo una cantida de dinero... Aproximandamente 300,000 pesos", detalló.
Bertha Saucedo, quien vivió en el albergue y tuvo una hija ahí:
"Mi hija me la quitaron cuando tenía tres meses. Cuando tenía seis años empecé a venir a verla y ella (la directora) nunca me dejaba verla porque tenía síndrome de Down y que si no le pagaba el dinero nunca me la iba a entregar", manifestó a Foro TV frente al albergue, según declaraciones retomadas por AFP.
La madre dijo que en ese momento no presentó una denuncia por miedo "a que me la trataran mal, le pegaran y le castigaran sin comer".
Fernando, quien vivió 11 años en 'La Gran Familia':
Dijo haber sufrido severos castigos durante su estadía, pero cree que las denuncias son "exageradas" y defiende a la que considera su auténtica madre.
El joven mencionó a AFP que los castigos para quienes no cumplían con las reglas del hogar eran de hasta "tres días sin comer", y una semana encerrados en el baño y sin alimentos a los que trataban de escaparse.
Sandra, de 43 años; lleva 27 en el albergue
La mujer dice estar eternamente agradecida a Mamá Rosa porque le "dio la vida".
"Mamá Rosa me dio lo que la madre que me engendró nunca hizo y sin ella no tengo dónde ir, ni familia ni nada", dijo a AFP.