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Maromas y malabares contra ley del DF que prohíbe los animales en circos

Una función con malabaristas, acróbatas, contorsionistas, payasos, caballos y perros para rechazar la ley que prohíbe los animales en circos
mar 22 julio 2014 08:23 PM

El Zócalo capitalino fue el escenario este martes de un espectáculo de acrobacias, malabares y colorido contra la prohibición del uso de animales en los circos.

Cuando el sol llegó a su punto más alto sobre el asta ubicada en la Plaza de la Constitución, tambores impulsaron los movimientos de una bailarina, que alegró a los curiosos creando el ambiente propicio para comenzar a disfrutar, gratis, de una función del arte circense.

Antes de que la batucada concluyera su número, todo el derredor de la improvisada pista se colmó con sombrillas de todos los tamaños y colores, bajo las que centenares de personas se protegían del inclemente sol para recibir las sorpresas que la singular protesta les ofrecería.

Además de malabaristas, acróbatas, contorsionistas y payasos, se echó mano de perros y caballos para reivindicar su reclamo en favor de utilizar animales en sus espectáculos.

LEER: Circos del DF, con un año para 'jubilar' a animales

A un circo sin animales “la gente no asiste, ya lo hemos probado”, dijo antes del inicio de la función el presidente de la Unión Nacional de Empresarios y Artistas de Circo (UNEAC), Armando Cedeño Álvarez.

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Agregó que los circos atraviesan por una crisis que ha llevado a 15 empresas de este ramo a cerrar sus puertas, en las que sólo un tigre “se come 300 pesos diarios de pollo”.

Además del alimento, el resto de los gastos como pago a empleados, uso de gasolina y diesel, entre otros, suman entre 8,000 y 10,000 pesos diarios, y sólo cuentan con entre 2,000 y 3,000 pesos de ingresos, lo que vuelve insostenible su situación, señaló en entrevista el empresario.

Las risas del público no se hicieron esperar con la aparición de los payasos, humor blanco sin groserías, comentó el presentador, quien aprovechaba el uso del micrófono para lanzarse contra el diputado local Jesús Sesma Suárez, promotor de la ley que prohíbe el uso de animales.

Una niña contorsionista de 11 años y un trío de mujeres malabaristas que dominan aros de plástico con su cuerpo, completaron la función que mantuvo expectantes a las personas que en ese momento atiborraban el lugar ubicado frente a la Catedral.

Al final, un grupo de jóvenes en contra del maltrato animal se hicieron presentes en las inmediaciones del fugaz circo, sin que esto provocará un enfrentamiento entre los grupos antagónicos lo que permitió a los asistentes terminar de disfrutar la función.

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