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Un México revolucionario vivió (y casi participa) en la Gran Guerra

Durante los años de la Primera Guerra Mundial, México tuvo dos presidentes y 'estrenó' una nueva Constitución
lun 28 julio 2014 06:30 AM
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Una historia de espías y traiciones -nacionales y extranjeras- se vivía en México y en el mundo en la primera década del siglo XX.

Era 1914, y mientras México estaba en medio de la Revolución y buscaba constituirse como una nación y construir un gobierno estable y de leyes, en Europa se gestaba el primer gran conflicto mundial.

Durante los cuatro años que duró la Gran Guerra (1914-1918) México tuvo dos presidentes: Victoriano Huerta y Venustiano Carranza. El primero llegó gracias a una traición.

En 1913, Huerta capturó y asesinó al presidente Francisco I. Madero y al vicepresidente José María Pino Suárez en un episodio conocido como la Decena Trágica.  

Aliado con el general Félix Díaz (sobrino del expresidente Porfirio Díaz) y Henry Lane Wilson, embajador de Estados Unidos en México, Huerta dio un golpe de Estado.

El 19 de febrero de 1913 Huerta asumió la presidencia de México con la misión de apaciguar a los seguidores de Madero y traer paz al país. Pero no contaba con que desde su despacho en el gobierno de Coahuila, Venustiano Carranza armaba un ejército para derrocarlo.

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A través del Plan de Guadalupe, Carranza desconoció el gobierno de Huerta y organizó a los sublevados en el Ejército Constitucionalista que tenía cuatro divisiones lideradas por Álvaro Obregón, Francisco Villa, Pablo González y Emiliano Zapata. Juntos derrocaron a Huerta, quien dejó el poder el 15 de julio de 1914 y se exilió en Barcelona, España.

Así como en México el asesinato de Madero había provocado nuevos conflictos, en Europa, el 28 de julio de ese año iniciaría, tras el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria en Sarajevo, la Primera Guerra Mundial.

Dos conflictos, dos continentes

1914 y los años que le siguieron –hasta noviembre de 1918 que terminó la Gran Guerra – no fueron de tranquilidad ni para México, ni para las potencias europeas.

Los aliados Francia, Inglaterra y Rusia luchaban contra otro bloque de potencias: Alemania, Austrohungría, el Imperio otomano (la actual Turquía) y Bulgaria.

En mayo de 1915 el barco británico Lusitania naufragó tras un ataque alemán; ese mismo año Italia entró a la guerra del lado de los aliados.

Mientras, de este lado del Pacífico, 1915 fue el año de las disputas, el hambre y el caos político. Los antes aliados constitucionalistas peleaban para solucionar sus demandas: Villa y Zapata por la repartición de la tierra y Carranza y Obregón por establecer un gobierno.

En 1917, tras celebrarse elecciones, Carranza ganó la presidencia y creó una nueva Constitución, que consagraba las garantías individuales, soberanía sobre los recursos de la nación y los derechos campesinos y obreros.

Para entonces los alemanes, bajo el gobierno del káiser Guillermo II buscaron un aliado en América para debilitar a EU: México.

Agentes secretos alemanes se acercaron al exiliado Victoriano Huerta que aceptó ayudarlos a vencer a Carranza, para que México se aliara con Alemania contra EU.

Huerta viajó de España a EU, pero fue detenido en Texas y encerrado en una prisión donde murió tiempo después. Los alemanes no se dieron por vencidos y buscaron a Villa quien con armamento alemán atacó Columbus, Nuevo México, lo que provocó que militares de EU entraran a México para buscar a Villa, sin éxito.

Entonces vino un tercer intento. El 16 de enero de 1917, el secretario de asuntos exteriores del Imperio Alemán, Arthur Zimmermann, envió un telegrama al embajador alemán en México, Heinrich von Eckardt, para buscar un acercamiento con el gobierno de Carranza.

En el famoso telegrama, el gobierno alemán pedía a su embajador que hablara con Carranza para convencerlo de entrar en guerra con Estados Unidos, a cambio, Alemania inyectaría fluidez a la economía mexicana y regresaría a México los estados de Arizona, Texas y Nuevo México, perdidos en la guerra de 1847.

Cuando Venustiano Carranza se enteró del ofrecimiento alemán, organizó una comisión especial para informarse del asunto y tomar una decisión.

Recuperar el territorio perdido era una buena oportunidad para el país, pero eso significaría guerra con Estados Unidos en un momento en que México aún enfrentaba división interna, por lo que Carranza rechazó la oferta.

1918 fue un año de pérdidas para el imperio Astrohúngaro. Estados Unidos interviene militarmente en la guerra, lo que hace definitiva la victoria de los aliados. La Gran Guerra terminó el 11 de noviembre a las 11 de la mañana.

En México, Carranza gobernaba con una nueva Constitución. Para 1919 Estados Unidos había reconocido su gobierno y parecía que después de nueve años de revueltas el país se encaminaba a la paz. 

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