El 'Paraíso' que arrasó 'Patricia', el huracán más fuerte de la historia
Paraíso, playa preferida por muchos turistas que visitan Colima (occidente de México) por su oleaje moderado, ya que se ubica en mar abierto, prácticamente desapareció tras el paso del huracán Patricia, que pegó con toda su fuerza el pasado viernes.
Este lugar, localizado a 100 metros del pueblo de Paraíso y a siete kilómetros de Armería, recibió el embate del que es considerado el fenómeno meteorológico más intenso de la historia, que paso de tormenta tropical a huracán categoría cinco en menos de 10 horas.
"Al menos 50 negocios, principalmente de comida, desaparecieron , se los llevó el huracán, que también arrasó con el malecón", dijo el salvavidas Felipe Cárdenas, quien junto con los elementos del Ejército sigue en las labores de limpieza.
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Los habitantes de esta localidad viven del turismo, pues la playa resulta perfecta para practicar algún deporte acuático como el surfing.
Numerosas enramadas, que ofrecían platillos típicos como carne molida de pez vela, sierra, mero, "vuelve a la vida", almejas y caracol, así como tallados en coco que simulan animales, además de productos elaborados con caracoles y conchas, hoy ya no existen.
Un montón de piedras y escombros
La playa prácticamente desapareció dejando en su lugar un montón de piedras, sillas de platico rotas, zapatos, sandalias, láminas de asbesto, pedazos de palapa, lazos y otros artículos destruidos.
Francisco Aguilar Moreno, de 82 años de edad, manifiesta que éste fue el huracán más fuerte que se ha sentido en Paraíso. Con un dejo de tristeza, ve los destrozos que dejó Patricia y observa a las cuadrillas de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que atienden a la población instalando postes de luz para restablecer el servicio.
Entre letreros tirados y perros buscando algo entre la basura, la población aplaude la labor de los soldados, a quienes ofrecen agua, regalan cocos y sonríen amablemente.
Priscila Moreno, propietaria de Abarrotes Baldominos, aseguró que la arena de mar se metió a su negocio más de un metro, pero que al día siguiente su familia limpió el lugar con ayuda de efectivos del Ejército.
Junto a un letrero de "Se rentan bungalós" que quedó a mitad de la calle entre arena, agua y piedras, Verónica González, propietaria de una enramada, señala que su negocio presenta una pérdida del 90%.
Mientras observa detenidamente cómo los elementos del Ejército limpian el lugar, exclama: "Lo importante es que mi cocina se salvó".
Saldo blanco: Ejército
"Estamos para servir a los mexicanos en estos momentos difíciles", comentó el coronel de Infantería del 88 Batallón del Ejército, José Lino López Villatoro, quien coordina las labores de limpieza.
El militar recordó que dos días antes de que ingresara el fenómeno, se alertó a través de megáfonos a la población que vive frente al mar, para que se fuera a los albergues y sacara sus pertenencias más valiosas.
Esto dio como resultado que se salvarán muchas vidas, porque el agua subió y arrasó con el malecón, llevándose a su paso todo lo que ahí se encontraba.
"Saldo blanco", enfatizó el coronel de Infantería, mientras sus tropas levantan pedazos de palapas, troncos y limpian el camellón "Adán y Eva".
En las actividades participan cuatro jefes, ocho oficiales y 200 elementos de tropa, además de una brigada de 25 civiles que también realizan labores de limpieza.
El Ejército mexicano estableció también un consultorio médico y dental, así como una cocina para atender a los damnificados.
López Villatoro resalta que éste fue uno de los lugares más afectados por el paso de Patricia, pero que las labores de recolección y limpieza ya van en más del 75% y concluirán en los próximos días.
Los más de siete camiones de volteo reciben los destrozos que dejo Patricia, mientras que una parte de la población saca peces que quedaron atrapados en este bulevar que fue arrasado por el agua.
