El presunto autor de la masacre de San Fernando muere en un hospital en la CDMX
El presunto autor del asesinato de 72 inmigrantes latinoamericanos en 2010 y de una activista este año en México falleció apenas dos días después de su arresto, debido a complicaciones de salud, informó este viernes una fuente federal.
Martiniano de Jesús "N", de 56 años, había sido detenido el martes por autoridades federales en un hospital de Tamaulipas y falleció la madrugada del jueves en la Ciudad de México, adonde había sido trasladado para su proceso.
Autoridades lo acusaban de ser el jefe regional de un grupo delictivo que coordinó la masacre de 72 migrantes en la localidad de San Fernando, Tamaulipas, en agosto de 2010, así como del homicidio en mayo de Míriam Rodríguez, representante de un colectivo de familiares de desaparecidos en esa misma localidad,delitos que generaron conmoción internacional.
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Medios locales identificaron al detenido como Martiniano de Jesús Jaramillo, alias Pata de Queso, señalado como cabecilla del grupo Los Zetas Vieja Escuela, una escisión del sanguinario, pero hoy mermado cártel de Los Zetas.
Jaramillo murió en un hospital capitalino debido a una insuficiencia renal y no alcanzó a ser recluido, precisó la fuente.
El individuo padecía una pancreatitis aguda al momento de su detención, por lo que debió ser operado de urgencia y su condición se reportaba como "muy grave", agregó.
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Los Zetas asesinaron a los 72 migrantes en agosto de 2010, la gran mayoría de ellos procedentes de América Central, porque rechazaron ser reclutados por el cártel o no pudieron pagar por su libertad.
El asesinato de la activista Ramírez habría sido una revancha de los autores del secuestro y muerte de su hija en 2012, una tragedia que motivó su activismo y una pertinaz búsqueda de justicia.
Tamaulipas es uno de los estados mexicanos más golpeados por la violencia entre grupos rivales del crimen organizado y concentra además el mayor número de casos de personas desaparecidas en el país, con más de 5,500.
En todo México se registran más de 30,000 desaparecidos, mientras que unas 190,000 personas han sido asesinadas desde finales de 2006, cuando el gobierno lanzó un polémico operativo militar antidrogas que disparó la violencia. Las cifras oficiales no aclaran cuántas víctimas están relacionadas con bandas criminales.
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