Agua purificada vs. embotellada
Arturo Díaz se imagina un país sin botellas de PET. El vicepresidente de Aqua Health Pure Water Technologies, que produce purificadores de agua domésticos y para oficina, busca hacer negocio y, de paso, cuidar el ambiente. “Somos el segundo país que más botellas para agua utiliza”, señala.
La dudosa calidad del agua ‘de la llave’ en México propicia un consumo ocho veces mayor de la embotellada al de otros países latinoamericanos.
En 2006, la venta en México de agua embotellada, incluso garrafones, sumó 2,554.74 mdd y para 2007 creció a 2,778.01 mdd, estima Euromonitor.
Aqua Health ofrece un aparato eléctrico que purifica el agua corriente a través de cinco filtros. Cada minuto, la fuente puede purificar el equivalente a cuatro botellas de plástico de 250 ml.
Para 2010, proyecta Euromonitor, el mercado será de 3,679.47 mdd; 88% provendrá de garrafón. Aqua Health –que entra al país con Sears como distribuidor y una inversión de 900,000 dólares– quiere un pedazo de este pastel. Díaz espera colocar unas 2,000 fuentes el primer año y crecer 50%, el segundo.
El aparato de Aqua Health “es una alternativa que, en primera instancia, nos parecería muy adecuada, pero habría que considerar (…) si el gasto no se está trasladando a otro problema: la energía”, cuestiona Blanca Abisag, hidrobióloga de la UAM Iztapalapa y del Centro de Información y Comunicación Ambiental de Norteamérica.
Las fuentes consumen entre 300 y 520 watts, según su tamaño. “La mayoría de los garrafones o filtros se conectan entre nueve y 12 horas (al día). Es una opción si el consumidor desenchufa el aparato y no lo deja conectado todo el día. De ahí la importancia de la educación ambiental”, concluye Abisag