En el amanecer de 2009, un avión de Continental Airlines y otro de Air New Zealand volaron impulsados por una mezcla de turbosina y un combustible hecho a base de la planta jatropha.
Las empresas evaluaron el rendimiento del combustible en aviones Boeing 747-400 y 737-800.
Hay una poderosa razón económica tras los esfuerzos por introducir biocombustibles en la industria.
De acuerdo con la Air Transport Association of America, entre 2000 y principios de 2008 el combustible pasó de representar 13 a 29% de los costos de una aerolínea.
Por ahora la opción no es barata: según la Defense Advanced Research Projects Agency de EU, el costo de un galón de biocombustible ronda los 30 dólares, pero espera baje a 1 dólar en el mediano plazo.