Las ganancias de BMW caen 78%
BMW, el mayor fabricante de autos de lujo del mundo, informó el jueves un desastroso cuarto trimestre operacional, afectado por provisiones, que provocó que incumpliera las expectativas del mercado para los resultados de todo el 2008.
Sus acciones bajaban un 12% por la noticia.
Las ganancias antes de intereses e impuestos (EBITDA, por sus siglas en inglés) del año disminuyeron un 78%, a 921 millones de euros (1,180 millones de dólares), muy por debajo de la estimación promedio de 1,540 millones de euros, según un sondeo de Reuters entre 20 analistas.
En el cuarto trimestre, registró una pérdida operativa de 718 millones de euros, mucho peor que los 103 millones de euros que esperaban los analistas.
BMW registró 931 millones de euros más en provisiones de riesgo en el cuarto trimestre, por la caída en los valores de los autos usados y por su cartera vencida, y otros 197 millones de euros por gastos extraordinarios en personal, como los costos de despidos, en medio de la crisis automotriz global.
La firma propuso recortar su dividendo por acción común del 2008 a 0.30 euros, desde 1.06 euros.
"Los números brutos no fueron tan malos, pero las provisiones fueron mucho peor que lo esperado", dijo el analista Oliver Kammerer de WestLB.
La demanda por sus modelos deportivos, como el Z4, se marchitaron en el último trimestre del 2008, forzando a la firma a informar una caída de un 4.3% en los volúmenes de ventas del año pasado, su primera baja anual desde 1993.
Tal como su rival Mercedes-Benz, BMW había vivido un auge alimentado por la facilidad de crédito en mercados como Estados Unidos, donde subió agresivamente sus volúmenes durante años, con acuerdos de arriendo con opción de compra a precios atractivos, que le costaron a la automotriz 1,000 millones de euros sólo hasta septiembre.
Los analistas ahora reevalúan sus previsiones en torno al verdadero potencial del mercado de lujo, luego de que se frenaran los excesos del crédito fácil.
Además, el endurecimiento de los requisitos de emisión de gases están presionando a los presupuestos de investigación y desarrollo tanto de Mercedes como de BMW, y forzando a las automotrices a reemplazar sus motores más pesados, que tienen mejores márgenes, por motores más pequeños.
