¿Puede Obama intimidar a los banqueros?

El mandatario de EU tiene un escaso margen para obligar a las entidades a reactivar los créditos; analistas critican el uso del programa TARP, ya que el Gobierno pudo haber presionado a los bancos.
Barack Obama (Foto: AP)

El presidente Barack Obama está por echar bronca a los bancos por los préstamos recibidos, aunque tenga un día de retraso y le falten 116,000 millones de dólares.

Al evento acudieron los presidentes ejecutivos de bancos como American Express, Bank of America, Capital One, Citigroup, JP Morgan Chase, Morgan Stanley y Wells Fargo.

El presidente les dijo que quiere ver más préstamos por el bien de la recuperación económica. Pidió que se ponga freno a las compensaciones de los ejecutivos, y que se deje de explotar a los clientes con tasas de crédito altas y cuotas ocultas; asimismo, solicitará apoyo para los esfuerzos de las reformas financieras. 

Pero algunos observadores dudan que la administración pueda dejar este mensaje claro, y la razón es que ya no tiene un apalancamiento sobre los bancos porque estuvo lista para aceptar los pagos del dinero del rescate: 116,000 millones de dólares en total.

Eso suena muy bien para un informe presupuestal, pero ahora los legisladores tienen muy poco poder sobre los banqueros, quienes tienen sus propias prioridades, sobre todo la de hacer dinero.

"La mayor tragedia de esto es que los banqueros no tienen temores de financiamiento en el mundo, sino que son los pequeños negocios los que no pueden obtener crédito a ningún precio", dijo David M. Smick, quien maneja la empresa de asesoría de mercados financieros Johnson Smick International, en Washington. "Manejaron mal el regreso del dinero del Programa de Alivio para Activos en Problemas (TARP por sus siglas en inglés), lo que significa que todas las habladurías son parte del espectáculo".

Entre otras cosas, los bancos han estado pidiendo préstamos a tasas de interés bajísimas y se han estado engullendo valores del Departamento del Tesoro libres de riesgo, guardándose la diferencia. 

Los titanes del comercio, Goldman Sachs y JP Morgan, registraron cada uno ganancias de 3,000 millones de dólares durante el tercer trimestre, y el índice KBW de las acciones de los grandes bancos comerciales aumentó 145% desde su punto temiblemente bajo de marzo.

Grandes ganancias, pero no tantos préstamos

El crédito del consumidor cayó en octubre por noveno mes consecutivo, según informes de la Reserva Federal este mes, mientras que los balances de préstamos en los bancos comerciales cayeron a su ritmo más veloz en por lo menos 25 años durante el tercer trimestre.

Ocho de los 10 mayores prestamistas a los pequeños negocios registraron balances más pequeños al final del tercer trimestre, con prestamos 9.5% por debajo de sus niveles del año pasado en PNC, y 5.8% en American Express.

En JP Morgan Chase, reconocido por evitar la mayoría de las pérdidas subprime, los préstamos cayeron 14% durante el mismo periodo.

Qué dicen los bancos

Los bancos subrayan que están trabajando para reconstruir sus colchones de capital ahora que las pérdidas en las tarjetas de crédito y otros sistemas de préstamo están a niveles altos.

Dicen que la demanda de préstamos es débil, pues los consumidores intentan reconstruir sus propios balances.

Los reguladores, que habían estado dormitando durante la mayor parte de la década, ahora insisten en la necesidad de sólo realizar préstamos prudentes.

Aunque todo esto es plausible, no debería ser importante, dijo Smick. Dijo que

"Tuvo la oportunidad de decir no cuando los bancos quisieron regresar el dinero", dijo Smick. "Si haces que se queden con el financiamiento del TARP, después puedes decirles que quieres que presten ese dinero".

En vez de eso, la administración ansiaba eliminar todas las tudas tóxicas sobre la participación del gobierno en la economía. Aceptó el pago del dinero del TARP de Goldman Sachs, JP Morgan y otros bancos a mediados de junio, a menos de ocho meses de que aceptaron miles de millones de dólares en financiamiento que, según las autoridades, pretendía apoyar a los préstamos. 

Esto se alejó de la única decisión amistosa con los bancos que ha tomado una administración y que se ha opuesto a las propuestas de eliminar a los grandes bancos por el bien del sistema financiero. Aún así, dejó a algunos inversionistas dudosos. 

"Los legisladores estaban determinados a meter dinero del TARP a los bancos, quisieran o no, y también estaban determinados a recuperar ese dinero", dijo David Kotok, quien maneja la compañía de asesoría de inversión Cumberland Advisors, en Vineland, Nueva Jersey. "El Gobierno está actuando muy fuera de lo normal en todo momento".

Obama sabe que la opinión pública está de su lado. Durante su primera reunión con los presidentes ejecutivos en marzo, les advirtió que la administración "es lo único que los aleja de la horca". 

Ahora el peligro es que la cumbre de presidentes ejecutivos no produzca ninguna acción significativa, sino que, como Smick dice, podría volverse "un anticuado pero elegante acto demagógico por parte de los bancos".