El revolucionario avión ligero de Boeing, el 787 Dreamliner, despegó el martes por primera vez, marcando una nueva era del transporte al convertirse en la primera aeronave de pasajeros hecha principalmente con materiales compuestos.
El avión de cabina ancha y que consume menos combustible dejó tierra a unos 48 kilómetros de una fábrica de la empresa en Seattle, pintado con los colores azul y blanco de la empresa, para un recorrido de cuatro horas sobre el estado de Washington.
La primera prueba del Dreamliner se realiza con un retraso de más de dos años frente al calendario previsto originalmente, por problemas laborales y de abastecimiento.