Apenas la mitad de las entradas de lujo para la
han sido vendidas a cuatro meses de la inauguración del torneo en Sudáfrica. El secretario general de la , Jerome Valcke, dijo que en total se han vendido sólo 2.1 millones de , que tiene una capacidad para 2.9 millones de espectadores.El mayor problema ha sido la venta de programas de "hospitalidad", en el que las agencias consiguen la mayor parte de sus ganancias al ofrecer puestos en palcos de lujo a precios más elevados.
Valcke culpó a la crisis económica mundial por las malas ventas del sector de lujo. Indicó que la especulación de precios y los temores por la seguridad en Sudáfrica también ocasionaron que muchos fanáticos decidieran no acudir al Mundial.
El año pasado "fue el peor momento para vender programas de lujo", dijo Valcke a periodistas en las sede de la FIFA en Zurich. "Estoy seguro de que el impacto fue una reducción de al menos 50%".
Valcke también señaló que Sudáfrica no recibirá los 450,000 visitantes que esperaba, e indicó que la cifra podría ser tan baja como 350,000, aunque no tenía un cálculo preciso.
Valcke dijo que la FIFA negoció para reducir los precios de las tarifas de algunas aerolíneas, reduciendo el precio de un boleto de viaje redondo desde Nueva York hasta Johannesburgo a unos 2,000 dólares, en vez del precio normal de 3,000.
Para evitar que haya asientos vacíos en los estadios, los lugares reservados para los visitantes de otros países están siendo cambiados a categorías más baratas para los sudafricanos. Esto afectará las ganancias pero ayudará a cumplir con la meta de la FIFA de que al menos una quinta parte de los espectadores sean locales.
Valcke reconoció que hay que cambiar algunas cosas para el próximo Mundial, y dejó la puerta abierta a la posibilidad de vender entradas directamente a los hinchas en lugar de hacerlo a través de intermediarios.
El dirigente prometió que el Mundial será seguro en todas sus sedes, y aunque reconoció los problemas de Sudáfrica con la criminalidad, señaló que no se puede comparar con la región rebelde de Angola, donde la selección de Togo fue atacada durante la reciente Copa Africana de Naciones.
La FIFA organizó una reunión el próximo mes para discutir el tema de seguridad con representantes de los 32 países que participarán en el torneo.