Mineros desafían a autoridades mexicanas
Decenas de mineros mantienen bloqueado el mayor yacimiento de cobre de México, en un desafío abierto a la justicia que declaró ilegal la huelga que realizan hace más de dos años, y que impide a la empresa que la explota reabrir la deteriorada mina. Sobre el filo de la rojiza mina, situada en el pueblo de Cananea , al norte del país, nueve colosales transportadoras de rocas permanecen alineadas con sus contenedores vacíos. La escena se repite con el resto de la maquinaria de Cananea, polvorienta y silenciosa, que refleja el largo abandono.
La semana pasada, un tribunal declaró fuerza mayor en la mina , que solía producir el 40% del cobre de México, debido al daño causado por la huelga, lo que permite a Grupo México , dueño del yacimiento, cancelar los contratos, buscar nuevos trabajadores y retomar la producción.
Pero los mineros huelguistas se niegan a entregar Cananea, un símbolo de la lucha laboral en el país con raíces de más de un siglo y vínculos con la propia revolución mexicana.
"Nosotros estamos dispuestos a dar hasta la vida", dijo Juan Alvidrez, trabajador de Cananea por más de 20 años y uno de los mineros que mantiene la huelga desde julio del 2007.
Grupo México -que está cubriendo sus pedidos con cobre de otras minas en México y en Perú y que calcula en más de 1,500 millones de dólares las pérdidas por la protesta- ha dicho que le costará unos 100 millones de dólares reparar el equipo averiado o robado.
Pero los mineros aseguran no haber causado daños.
"No voy a destruir algo que me va a dar para vivir", dijo Armando Moreno, otro de los trabajadores en protesta de Cananea, donde aún resuenan zumbidos de una gigantesca pulverizadora de rocas de las que se extrae el metal.
El sindicato, que demanda mejores condiciones de seguridad y los salarios perdidos durante la huelga, asegura que con trabajos de limpieza y mantenimiento la mina retomará su producción de 150,000 toneladas de cobre anuales en cuestión de meses.
Grupo México ha apartado recursos para pagar las liquidaciones de los huelguistas restantes, pero espera que muchos de ellos regresen a trabajar bajo un nuevo contrato. No se sabe cuándo podría reabrir Cananea; sin embargo, analistas están esperando que sea en el tercer trimestre del 2010.
"Llamamos a todos a cumplir con la ley (y respetar la decisión de la corte)", dijo Juan Rebolledo, un vicepresidente de Grupo México.
"Eso ya sería responsabilidad de los autoridades ver cómo se aplique el estado de derecho", añadió.
Pueblo dividido
La mina ha sido parte fundamental de la vida del pueblo desde finales del siglo antepasado. Cuando se difundió la noticia del fallo de la corte, los trabajadores y sus familias acudieron rápido al lugar, temiendo un enfrentamiento con la policía federal, como sucedió en el 2008.
En esa ocasión, los trabajadores armados con palos y piedras, se enfrentaron a los policías tras una decisión legal en favor de la empresa.
Los trabajadores huelguistas, que iniciaron el paro argumentando condiciones de trabajo inseguras, dicen que son parte de un movimiento histórico en Cananea, en donde los trabajadores se enfrentaron en 1906 contra el entonces dueño estadounidense de la mina, exigiendo mejores pagos.
Hombres armados contratados para defender la mina mataron a 19 mineros, en un episodio que allanó el camino para la Revolución Mexicana en 1910.
"Vienen a golpear, lo mismo de hace 100 años, quieren aplastarnos", dijo el líder sindical Jesús Verdugo, cuyo padre y abuelo también trabajaron en la mina.
La huelga sumó unos 1,300 trabajadores en su comienzo, pero con el despido de decenas de mineros mayormente no sindicalizados, cerca de 250 manifestantes aceptaron pagos indemnizatorios por dudas de que el líder del sindicato, Napoleón Gómez, esté defendiendo sus intereses.
Gómez se encuentra viviendo en Canadá para evitar ser arrestado por cargos de corrupción, que él asegura son creados para menguar su defensa de los derechos de los mineros.
Grupo México espera poder reabrir la mina y recontratar a trabajadores como Guillermo García, un electricista que en el 2008 aceptó su liquidación.
"Nunca estuve de acuerdo con la huelga (...), yo fui uno de los que fueron a trabajar y fuimos golpeados", dijo García, de 32 años. "Aún con otro contrato, está mejor (trabajar) ahí que en cualquier otro lado", agregó.
