Jefes de Barclays, en juicio por Lehman

Dos altos ejecutivos del banco británico testificarán sobre la compra de divisiones de Lehman; los acreedores del quebrado banco acusan a Barclays de sacar ventaja en medio de la crisis.

Dos altos ejecutivos de Barclays Plc dirán esta semana a un tribunal de Nueva York que el banco británico no recibió beneficios injustos en un acuerdo por la compra de algunas divisiones de su quebrado rival Lehman Brothers.

El presidente de Barclays, Bob Diamond, se presentará el lunes, mientras que un día después lo hará el presidente ejecutivo, John Varley.

Los acreedores de Lehman Brothers los acusan de

por la adquisición de las operaciones de Estados Unidos.

Los acreedores de Lehman quieren que el juez, que aprobó la transacción hace 21 meses, revise la venta.

Diamond, que encabeza Barclays Capital, el brazo de banca de inversión del banco británico, tenía previsto declarar en mayo, pero su testimonio fue demorado debido a que otras deposiciones de testigos tomaron más tiempo que el esperado.

Varley ha encabezado Barclays desde el 2004 y lideró a la entidad a través de la crisis financiera sin necesidad de ayuda estatal. Sin embargo, el ejecutivo no estuvo tan involucrado en la transacción y no se esperaba que fuera citado.

Expertos legales de Estados Unidos han dicho que

y para persuadir al juez de que cambie el orden original de la venta.

Barclays ha dicho que los activos de Lehman estuvieron inflados cuando se selló el acuerdo y los registraron en sus libros a su valor verdadero.

El banco acusó a los abogados de Lehman de tratar de cambiar el acuerdo luego de que la situación de los mercados mejoró.

La transacción ha sido buena para BarCap, al darle ganancias impresionantes a medida que los mercados de capital repuntaron y al permitirle ganar participación de mercado y sumar activos y asesorías en un momento en que los rivales de Wall Street se retraían.

La

y menos de una semana después Barclays absorbió a su negocio de corretaje en Estados Unidos por alrededor de 1,850 millones de dólares.

El caso ha mostrado las condiciones frenéticas durante los últimos días de Lehman y evidencia la necesidad de los bancos de fijar "testamentos en vida" para detallar cómo deberían ser divididos en caso de que colapsen, según reguladores y banqueros.