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Egipto, un riesgo para hacer negocios

Las empresas enfrentan dificultades en infraestructura y una basta corrupción en el país africano; a pesar de los atrasos, incluida una oferta débil de fuerza de trabajo, su economía crecerá un 5.4%.
sáb 29 enero 2011 02:03 PM
El país ha sido calificado como el gran reformista en comercio global. (Foto: Photos to go)
egipto (Foto: Photos to go)

Un gerente de un proyecto para enviar hornos a su nueva planta de ductos cerca de El Cairo recibió un sorpresivo anticipo sobre los desafíos de hacer negocios en Egipto cuando fue a inspeccionar las enormes estructuras. "En algún lugar del camino, el camión volcó y nadie nos avisó. Ellos sólo pusieron los hornos nuevamente sobre el acoplado y los trajeron al lugar con ramas de árboles enganchadas en las estructuras", dijo William McKee, de Greater Cairo Foundries.

Los hornos sobrevivieron a la caída pero debían ser refaccionados, retrasando el cronograma de la compañía en varias semanas.

"Fue increíble", dijo McKee.

En el país más poblado del mundo árabe abundan lucrativas oportunidades comerciales, pero no para los pusilánimes.

Los empresarios dispuestos a tolerar las enmarañadas y peligrosas carreteras de Egipto dicen que en un sistema educativo tan deteriorado resulta difícil encontrar los recursos humanos necesarios, se enfrentan a pilas de trámites y deben sobornar a burócratas para mantener los negocios.

La economía de Egipto experimentará una expansión de 5.4% en el año fiscal 2010/2011 que termina en junio, según economistas consultados por Reuters el mes pasado. El Gobierno dice que puede llevar el crecimiento a 7% en 2011/2012 y a no menos de 8% el año siguiente.

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Eso sobrepasa el pronóstico del Fondo Monetario Internacional para Oriente Medio y África del Norte de 4.8% para el 2011. El FMI ve un crecimiento de 6.5% anual para todos los mercados emergentes.

Economistas dicen que el atribulado Gobierno ha recibido la ayuda de la recuperación de la avidez de riesgo global tras la recesión mundial y de cierto impulso al promover reformas favorables al comercio.

"Hay una enorme liquidez aquí. Egipto podría ser una gran usina de crecimiento. Pero deben atenderse muchos otros problemas", dijo Angus Blair, director de investigaciones del banco inversionista Belton Financial en El Cairo.

El Banco Mundial calificó a Egipto como el principal reformista en comercio global en 2006/2007, después de que el Gobierno bajara a la mitad los tiempos puesta en operación, redujera el capital requerido para iniciar un proyecto, cortara los honorarios para registrar inmuebles y flexibilizara la burocracia portuaria y de permisos para la construcción.

Esto ayudó al país a sobrellevar la crisis internacional. Con violentas protestas y todo, el Gobierno apunta a recibir 10,000 millones de dólares en inversión extranjera directa en este año fiscal. El país recibió 7,000 millones de dólares en 2009.

Punto crítico

Las reformas también ayudaron a Egipto a subir cinco puestos este año en una tabla del Banco Mundial que compara la facilidad de realizar negocios en diferentes países (www.doingbusiness.org), ubicándolos en el puesto 94 de un total de 183 economías.

Pero el atasco agravado por el smog de El Cairo muestra que la inversión en carreteras, ferrocarriles y puertos no está logrando seguir el ritmo del crecimiento económico, poniendo en riesgo la salud pública y amenazando a la economía.

En Egipto cada año se registran 12,000 muertes por accidentes viales, el índice más alto del mundo per cápita de población, excepto por Eritrea y las Islas Cook, según el informe más reciente de la OMS del 2009.

Las congestionadas carreteras de la capital frenan por completo a diario cuando la infraestructura no logra sostener el 2% de crecimiento y miles de nuevos autos llegan a las calles cada año.

El transporte deficiente ha elevado los precios, ya que a los productos les insume más tiempo llegar al mercado, lo que dificulta mantener las bajas tasas de interés que han fomentado los préstamos particulares y la demanda del consumo.

"Está tornándose una crisis. Si Egipto (...) tuviese en funcionamiento un eficiente transporte público en las ciudades principales y en los nexos interurbanos (...) se podría incrementar el crecimiento en varios puntos porcentuales al año", señaló Blair.

Un problema más delicado radica en las escuelas públicas de Egipto, donde gran parte de la enseñanza todavía es impartida de memoria y los docentes no están logrando desarrollar el pensamiento crítico y las destrezas prácticas requeridas por el mercado de trabajo.

Los empresarios dicen que Egipto no ha logrado revertir la mentalidad del estado de bienestar heredada de la era socialista de las décadas de 1950 y 1960, lo que da lugar a una ética laboral laxa en gran parte de la población.

"Venimos de décadas (...) en las que el Gobierno se responsabilizaba de darnos educación gratuita y empleo. Si hacías bien tu trabajo o no, de todos modos recibías alimento. Todavía tenemos esa mentalidad", dijo Ashraf El Gazayerli, presidente de la Asociación Egipcia de Pequeñas Empresas.

Sobornos

La reducción de tiempo carga y descarga portuaria no despejaron las dificultades burocráticas para los importadores, quienes se quejan de que los requerimientos de etiquetado y revisión todavía son engorrosos.

"Lo que esperamos es adoptar una postura de evaluación de riesgos que no necesariamente examine cada uno de los cargamentos. Si formas parte de un sector comercial que realiza pequeños envíos regulares, el costo es muy elevado", dijo Jalal Abu Gazaleh, fundador de Gourmet Egypt, un importador de alimentos.

Gazayerli dijo que las agencias estatales que evalúan los productos debían fusionarse para acelerar el proceso y reducir los sobornos, que algunos gerentes de compañías consideran esenciales para que el negocio funcione sin sobresaltos.

Indicó que hay 17 organismos que monitorean y controlan la industria alimenticia, pero se supone que una nueva ley debe fusionarlos en una sola autoridad.

"Este tipo de reformas legislativas reducirá la burocracia y en consecuencia la corrupción", sostuvo.

El Gobierno de Egipto creó un Comité de Transparencia e Integridad en 2007 para monitorear la corrupción, encontrar formas de mitigarla y hacer público el daño que le hace a la economía y a la sociedad.

La corrupción ha crecido en todo el mundo en los últimos tres años, pero la agencia Transparencia International colocó el año pasado a Egipto en el puesto 98 de su lista de 178 países en su índice global de nivel de corrupción percibida, en el que el número uno es el menos corrupto, un ascenso del año 2008 cuando se ubicaba en el puesto 115 de entre 180 países.

El índice de 2011 lo coloca al mismo nivel que Burkina Faso y México, dejando atrás a pares regionales como Arabia Saudita, Marruecos y Túnez.

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