Microsoft y RIM pelean por el bronce
El 30 de enero, Research in Motion -la compañía canadiense que alguna vez señoreara la industria estadounidense de los teléfonos inteligentes- intentará recuperar terreno con el lanzamiento de un nuevo sistema operativo móvil, el BlackBerry 10. El objetivo de la compañía no es superar en innovación al iPhone. Por el contrario, en un mercado controlado por Apple y Google , RIM simplemente está luchando por mantenerse como la tercera opción.
En los últimos dos años la media docena de contendientes en el crucial mercado del smartphone en Estados Unidos se han reducido a sólo dos: los teléfonos Android de Google y los iPhones de Apple acaparan el 89% del mercado, según Comscore, frente al 51% que tenían dos años atrás.
Algunos aspirantes a competidores como las plataformas Symbian de Nokia y la webOS Palm de HP han sido dados por muertos. "Todo se reduce a una guerra entre Microsoft y RIM por ese tercer puesto", explica el analista de Forrester Charles Golvin. "Cualquier lugar después del tercero no es relevante".
¿Cómo es que dos de las compañías tecnológicas más poderosas se encuentran de repente forcejeando por las sobras? El mundo del smartphone ha cambiado. Los consumidores anteriormente compraban teléfonos movidos por el hardware más lujoso, ahora les importa más el software y navegar en la web. Hoy estos consumidores gravitan alrededor de los dispositivos con las aplicaciones más populares. Los desarrolladores con recursos limitados, a su vez, se centran en las plataformas con más posibilidades de atraerles usuarios... y beneficios.
Al mismo tiempo, los consumidores se encuentran cada vez más confinados en el ecosistema de una compañía, y el costo de migrar es alto. Un usuario de iPhone, por ejemplo, puede compartir fácilmente material con una iPad o una Apple TV.
Del mismo modo, los teléfonos con Android se integran cómodamente con Gmail, Google Maps y Google Now. Pero, ya sea a causa del diseño o la circunstancia, no son interoperables. En enero, Google admitió que estaba impidiendo que los propietarios de dispositivos Windows Phone8 accedieran a Google Maps. Por esta razón, muchos analistas se preguntan si hay incluso espacio para un tercer sistema operativo.
Para competir, Microsoft anunció una alianza estratégica con Nokia a principios de 2011. Nokia acordó adoptar Windows Phone como su plataforma primaria para smartphone. Los dos comparten recursos para el desarrollo y la comercialización, y Nokia abandonó la iniciativa Symbian. En el otoño pasado esta mancuerna corporativa introdujo el Lumia 920, que funciona con el software más reciente de Microsoft, Windows 8. (Al igual que Google, Microsoft también garantizó una amplia disponibilidad de su software Windows Phone a fabricantes como Samsung y HTC.)
Pero a pesar de que el CEO de Microsoft, Steve Ballmer, dijo que los primeros dispositivos con Windows se habían agotado en muchos lugares, la participación del 3% de la compañía en el mercado estadounidense no se ha movido.
Mientras tanto, la cuota de mercado de RIM se ha desplomado a sólo 7% desde el 34% que mantenía hace dos años (y antes de que el iPhone apareciera en 2007, poseía el 50% del mercado).
Para tener éxito, RIM tendrá que atraer nuevamente a los desertores y ganar nuevos clientes sin alejar en el proceso a los fanáticos de BlackBerry. Los planes que se han filtrado a la prensa muestran un par de dispositivos: uno con el teclado tradicional de la BlackBerry y otro con una pantalla táctil.
El sistema operativo ha sido reconstruido desde cero. Esto ofrece un vistazo a los planes del CEO de RIM, Thorsten Heins, quien ha dicho que BlackBerry 10 no está pensado sólo para ser un smartphone , sino un nuevo comienzo para la atribulada empresa.
Para abrirse camino en el mercado actual, RIM está apostando a que los directores de los departamentos de información, por mucho tiempo sus principales clientes, todavía tengan una influencia considerable sobre los dispositivos que utilizan sus empleados. Microsoft, por su parte, ha destinado cientos de millones de dólares para promocionarse a fin de atraer a posibles clientes.
Ambas compañías tienen otra ventaja: partidarios de peso pesado. Las compañías operadoras de telefonía, los desarrolladores de aplicaciones y otros socios están apoyando y alentando la aparición de un tercer rival viable.
Un representante de una operadora de servicios inalámbricos, que pidió no ser identificado, lo puso de esta manera: "Tener sólo a dos jugadores termina en polarización, y éstos luego se atrincheran. Se necesita a un tercero fuerte para poder tener esa opción e innovación ". En otras palabras, nadie quiere que Apple y Google sean los únicos que tengan la sartén por el mango.