No todo es Home Office en Silicon Valley
La decisión de la jefa de Yahoo, Marissa Mayer, de prohibir el ‘Home Office' provocó indignación en Estados Unidos, pero dejó a muchos en Silicon Valley preguntándose por qué tanto alboroto. Trabajar desde casa es bastante común en Silicon Valley, pero como complemento, no como sustitución, de las más de 40 horas de trabajo semanales en la oficina.
A pesar de la imagen despreocupada de este parque tecnológico que produce la mayor parte de la tecnología que permite trabajar de forma remota, los empleados suelen acudir a la oficina, especialmente en las nuevas empresas.
"Cada idea que tenemos es el resultado de más de dos personas sentadas en una habitación, repitiendo y tratando de encontrar una buena solución a un problema concreto. Cosas como estas no puedes hacerlas mediante ningún protocolo de Internet", dice Sahil Lavingia, fundador de la recién creada empresa de pagos Gumroad.
Esto no significa que Lavingia crea que su equipo nunca deba trabajar desde casa, sino todo lo contrario.
"Todo el mundo debe tener un equipo en casa que le haga tan productivo, o casi, como si estuviera en la oficina. Mucha gente hace horas antes y después del trabajo y los fines de semana", explica.
La nueva política de Yahoo, anunciada el 22 de febrero , llama a "todos los empleados con acuerdos para trabajar en casa a que laboren en las oficinas de Yahoo!" El cambio se pondrá en práctica en junio.
Los estímulos para ir al trabajo
Muchos de las mejoras introducidas en la vida de la oficina, como la comida gratis o las salas de juegos, buscan mantener a la gente en los recintos de trabajo.
Esto va dirigido a los ingenieros, habitualmente hombres jóvenes, tal como ya funciona con otros trabajadores en grupos, como la publicidad y las ventas.
Y los autobuses privados con Wi-Fi que conectan a los empleados en San Francisco con las sedes de Google, Facebook y otras empresas en Silicon Valley están destinados a hacer el viaje más productivo.
La falta de reglas es también una característica de la cultura de las nuevas empresas y pocas tienen una política firme en temas como el ‘Home Office', pero el mensaje es muy claro.