Pintura automotriz crecerá doble dígito
Las empresas dedicadas a la fabricación de pintura automotriz esperan crecer hasta en más de 10% este año, pues la llegada de nuevas armadoras como Honda y Mazda demandará una mayor cantidad de litros de pintura para la producción de nuevos vehículos.
En México, los principales surtidores de pintura automotriz son PGG, Axalta (antes DuPont), Sherwin Williams, Akzo Nobel y BASF, pues no cualquier fabricante cumple con los volúmenes y estándares requeridos por el sector automotor.
La Asociación Nacional de Fabricantes de Pinturas y Tintas (Anafapyt) divide el mercado de pinturas en México en cuatro mercados: arquitectónico, de propósito general, de manufacturas originales y adelgazantes.
En el mercado de manufacturas originales, donde se fabrican 137.302 millones de litros de pintura al año, la división de pintura automotriz representa 41% de la producción, con 56.254 millones se litros al año.
El presidente de la Anafapyt, David Arciniega, explicó que este año, los fabricantes destinarán mayores recursos a sus áreas de investigación y desarrollo para mejorar o crear productos que ayuden al crecimiento del sector.
“Los procesos de fabricación, instalación de equipo, formulaciones y control de calidad que se deben emplear en este tipo de pintura para cubrir los estándares automotrices no es menor cosa y esta puede ser alguna de las razones por las cuales no muchas empresas de dedican a la fabricación de pintura automotriz”, indicó Arciniega.
Este año, BASF espera incrementar 6% su proveeduría de pintura para las armadoras, pues lograron convertirse en proveedores de la nueva planta de Mazda en Salamanca, Guanajuato, donde se fabricarán 230,000 vehículos al año.
El gerente del negocio de Repintado Automotriz de BASF, Efrén Zagal, explicó que la división de pintura automotriz es en este momento la más dinámica para la compañía, pues el incremento de la producción de vehículos está muy por encima de los volúmenes posteriores a la crisis de 2009.
En el primer bimestre del año, la producción automotriz creció 1.7% con la fabricación de 497,417 vehículos, según cifras de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz.
“México es el mercado más grande de la región latinoamericana, su economía es más estable que la de Brasil. La industria automotriz a lo mejor tiene el mismo crecimiento que en Brasil por los incentivos que les han dado, pero estamos muy optimistas del futuro de la industria en México.
“No hay nada oficial, pero seguramente van a llegar más armadoras porque en China ya se está perdiendo la competitividad, en la frontera están reviviendo las maquiladoras y con todo el tema de las reformas aprobadas que esperemos se implementen de la mejor manera, en México vamos a tener mucha estabilidad y mucho crecimiento”, explicó Zagal.
De las siete plantas que opera BASF en el país, solo la planta de Tultitlán está dedicada exclusivamente a la producción de pintura automotriz.
Las expectativas de crecimiento para este año, le permitieron a BASF la contratación de 50 personas más a la división de pintura automotriz.
Para Axalta, este año la proveeduría de pintura para las armadoras crecerá más de 10%, pues son proveedores de Nissan, Honda, Toyota y Volkswagen.
Nissan inauguró en noviembre del año pasado su segunda planta en Aguascalientes y Honda inició operaciones en febrero de este año de su segunda planta en Celaya, Guanajuato, donde fabrica el modelo Fit, donde se fabricarán 200,000 unidades de este al año.
“En América Latina en la última década hemos duplicado el negocio y esperamos duplicar nuevamente en 5 años. Somos líderes en el mercado automotriz y de repintado”, indicó Axalta.
La compañía tiene una planta de pintura automotriz en Tlalnepantla, Estado de México, desde donde puede surtirle a todas las armadoras ubicadas en Bajío con su fácil acceso a la autopista México-Querétaro.
Axalta tiene 27% de participación de mercado en el segmento de pintura automotriz y le surte a todas las armadoras de autos y camiones.
La empresa formaba parte de DuPont, pero en 2013 fue adquirida en su totalidad por el consorcio estadounidense Carlyle Group, a un precio de 4,900 millones de dólares.
BASF agregó que no cualquier empresa cuenta con una cadena de suministro lo bastante fuerte para surtirle a las armadoras, ni la tecnología para ofrecer los colores que requieren los fabricantes, de ahí que existan tan pocos competidores.
