AT&T, el monopolio que renació

El Gobierno de Estados Unidos intentó desbaratar al conglomerado telefónico, dividiéndolo en 1984; desde entonces, las firmas que surgieron se han fusionado para volver a crear a AT&T.
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Cuando nos fijamos en la historia de la operadora estadounidense AT&T, uno se pregunta por qué los reguladores federales nunca se molestaron en fragmentar a ese gigante de las telecomunicaciones.

Para desbaratar ese monopolio telefónico a nivel nacional, la American Telephone and Telegraph Company fue dividida a la fuerza en varias compañías telefónicas regionales -las llamadas ‘Baby Bells’- en 1984. Desde entonces, la mayoría de ellas ha unido fuerzas otra vez, formando la AT&T que hoy conocemos.

No todos los fragmentos se unieron de nuevo en ese conglomerado conocido como ‘Mother Bell’. Varias ‘Baby Bells’ se fusionaron después para formar Verizon. Y una parte con el tiempo engendró a CenturyLink.

Pero la gran mayoría se aglutinó de nuevo para formar la nueva AT&T.

La fusión inició en 1997, cuando Southwestern Bell Corp. (SBC) se fusionó con su hermana Pacific Telesis. Dos años más tarde, SBC compró Ameritech, otra ‘Baby Bell’.

Entonces, la locura realmente comenzó cuando SBC compró Ma Bell -su antigua empresa matriz- en 2005. La compañía combinada se rebautizó como AT&T. Un año más tarde, la nueva AT&T compró BellSouth, otra ‘Baby Bell’.

En el año 2006 la nueva AT&T también adquirió a Cingular Wireless, una empresa dirigida conjuntamente por las ‘Baby Bells’ SBC y BellSouth que había comprado a la antigua AT&T Wireless en 2004. Cingular entonces cambió su nombre por el de AT&T Mobility.

¿Sigues esta vorágine de fusiones?

La historia de la fusión de estas cinco Baby Bells es vertiginosa y se explica mejor de forma visual.

Fuente: AT&T, FCC, LA Times, Telecom Digest. Edición: Jose Pagliery y Dominic Aratari.

Ahora, AT&T pretende comprar al proveedor de televisión DirecTV por 49,000 millones de dólares, que sería la cuarta mayor fusión de telecomunicaciones en la historia.

AT&T ya gobierna un imperio de telefonía fija, inalámbrica y cables de fibra óptica. Si los reguladores estadounidenses aprueban el acuerdo, también tendrá la televisión satelital… y controlará el contenido que fluye a casi todas las pantallas de los estadounidenses.