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Jobs, cabeza del complot de contratos en Silicon Valley

La juez del caso dijo que el fundador de Apple fue quien ideó el plan con Google y otras firmas; el acuerdo de palabra comprometía a las empresas a no robarse empleados mutuamente.
mar 09 septiembre 2014 06:01 AM
Han pasado casi cinco meses desde que Steve Jobs, el fundador de Apple, falleciera víctima de cáncer pancreático.  (Foto: AP)
jobs (Foto: AP)

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Si las empresas más grandes de Silicon Valley quieren que desaparezca una vergonzosa demanda de empleados, tendrán que desembolsar mucho más dinero.

En abril, Apple, Google, Adobe e Intel acordaron pagar 325 millones de dólares para resolver una demanda colectiva que afirma que las empresas participaron en una amplia conspiración para no robarse trabajadores entre sí. Pero un juez federal rechazó ese acuerdo la semana pasada.

El razonamiento de la juez Lucy Koh es que el caso es bueno, y los trabajadores probablemente tienen derecho a más.

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Los demandantes afirman que las empresas manipularon los procesos de contratación de ingenieros y otros trabajadores calificados de modo que no pudieran recibir mejores ofertas de otras principales empresas de Silicon Valley.

Las empresas dicen que los acuerdos ayudaron a los posibles rivales a colaborar en proyectos sin miedo a que su talento fuera reclutado por la otra empresa. Pero la juez Koh explicó en una orden de 32 páginas que las empresas de tecnología no han “logrado producir evidencia persuasiva” para respaldar su defensa primaria.

Apple, Google y Adobe se negaron a comentar sobre el caso . Intel no respondió a los mensajes el domingo y el lunes.

Aquí hay cinco aspectos más destacados de su explicación:

Steve Jobs podría haber sido el cabecilla.

“Hay evidencia sustancial y convincente de que Steve Jobs... fue una, si no es que la, figura central en la presunta conspiración”, escribió Koh.

Dijo que la evidencia sugiere que los primeros acuerdos anti robo de talentos de Jobs fueron entre Lucasfilm y Pixar , dos empresas con las que tenía una estrecha relación comercial. Luego, procedió a hacer pactos similares con otras empresas. “Después de que fueron extendidos los acuerdos, Jobs tuvo un papel central en la aplicación de estos”, dijo la juez.

Empresas rivales supuestamente vieron lo que estaba tramando y muchos decidieron no oponerse. “La infelicidad de Steve influyó absolutamente en el cambio que hicimos en la práctica de reclutamiento”, dijo Eric Schmidt de Google en una declaración.

Hasta los altos niveles

Si Jobs tomó el liderazgo, sus homólogos de Adobe, Intel y Google fueron supuestamente personajes secundarios. Documentos judiciales indican que intervinieron en las decisiones de contratación que sus contrapartes pensaron que cruzaron la línea, incluso cuando la línea no estaba en papel.

“No tenemos nada firmado. Tenemos un apretón de manos de 'no reclutar' entre Eric y yo”, escribió el presidente ejecutivo de Intel, Paul Otellini, al hacer referencia al ejecutivo de Google.

En algunos casos, los posibles rivales, incluso compartieron sus propios planes de compensación e investigación. Eso demuestra que las empresas nunca tuvieron la intención de competir una la otra por el mejor talento, dijo Koh.

“Es improbable que los competidores directos por talento compartan dicha información sensible sobre la compensación en ausencia de una conspiración de alcance general”, escribió.

Los acuerdos tuvieron una política de tolerancia cero

Lo que parece ser una política de tolerancia cero para los infractores también provenía de la cima.

Cuando un reclutador de Google se acercó a un empleado de Apple mediante correo electrónico en 2007, el mensaje llegó hasta Jobs, quien se lo envió a Schmidt, quien pidió a su equipo “haganme saber por qué ocurre esto”.

Se le dijo que el reclutador “será eliminado en el plazo de una hora”. Otro empleado de la empresa aplaudió la decisión y escribió: “Por favor, haga un ejemplo público de esta terminación ante el grupo... Esto debería (con suerte) prevenir incidentes en el futuro”.

Schmidt escribió entonces de nuevo a Jobs que la situación había sido manejada. Jobs reenvió el correo electrónico a su propio equipo y añadió esto: “:)”.

El ejecutivo de Google también despidió a otros “y amenazó con eliminar a más”, escribió el juez.

Jobs cambió la opinión de Google

Al considerar una expansión en París hace ocho años, un ejecutivo de Google consultó a Jobs, entonces presidente ejecutivo de Apple.

Según un correo electrónico, Jobs aparentemente dejó en claro que no quería que Google siguiera adelante con sus planes para contratar a un ingeniero actuales y varios exingenieros de Apple.

“Steve, con base en tu fuerte preferencia por que no contratemos a los exingenieros de Apple, decidimos no abrir un centro de ingeniería de Google de París”, escribió el ejecutivo de Google a Jobs. El ejecutivo, cuyo nombre ha sido tachado en el expediente judicial, reenvió después el correo a los cofundadores de Google Sergey Brin y Larry Page.

Facebook no cooperó

Una de las mayores amenazas a la supuesta conspiración fue Facebook, que se negó a seguir las reglas de sus rivales.

Cuando el director de reclutamiento de Google descubrió que Facebook casi había copiado las descripciones de puestos de Google y estaba contratando talento de Google, se le ocurrieron varias ideas. Entre ellas: “Iniciar una campaña agresiva para introducirse en su compañía e ir tras sus compañeros sin escrúpulos. Seríamos implacables y una fuerza de la naturaleza”.

Un asesor de Google respondió que alguien debía ponerse en contacto con el presidente ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg, o con la directora de operaciones, Sheryl Sandberg, porque “tenemos que conseguir una tregua”.

Sólo cuando Facebook se negó, Google consideró la manera de retener a sus empleados, dijo el juez. Eso impulsó “el sueldo básico de todos los empleados asalariados en un 10% y proporcionó un bono inmediato en efectivo de 1,000 dólares a todos los empleados”, escribió.

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