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¿Qué pasaría si otras industrias fueran como Wall Street?

Un cirujano obtendría título al cantar una canción si fuera como los corredores, dice Morgan Housel; un campesino podría ganar millones de dólares especulando con vacas que no se ordeñan.
lun 17 noviembre 2014 03:32 PM
El lobo de Wall Street se ha convertido en un referente de la imagen de la comunidad financiera de Estados Unidos. (Foto: tomada de facebook.com/TheWolfOfWallStreet )
lobo de wall street.com (Foto: tomada de facebook.com/TheWolfOfWallStreet)

Las finanzas son una industria extraña. La manera en que pensamos acerca de las comisiones, la forma en que se discute en los medios de comunicación, cómo la usa la gente común, y cómo se enseña en las escuelas.

Tal vez la mejor manera de comprenderla es imaginar - hipotética y absurdamente - qué pasaría si otras industrias consiguieran salirse con la suya como lo hace Wall Street.

Si pensamos en las calificaciones escolares como lo hacemos con la contabilidad corporativa: Robert recibe una F en un examen, pero dice que en realidad obtuvo una A si excluyes las malas respuestas de carácter coyuntural desde un base pro-forma y pre-error. Sus maestros se persuaden.

Si sometiéramos a los meteorólogos al mismo estándar que a los expertos bursátiles: Peter, un meteorólogo local, ha venido prediciendo desde la década de 1970 que una tormenta que dejará hasta dos metros de nieve golpeará a Miami de manera inminente. Miami no ha registrado temperaturas por debajo de los 10 grados centígrados desde hace décadas, pero Peter es incluido en el Salón de la Fama de la Meteorología por sus “previsiones exactísimas y certeras del clima de Miami”.

Si fuéramos tan impacientes con la jardinería como lo somos con las inversiones : Sam siembra algunas semillas en su patio trasero. Vuelve cuatro horas más tarde. Nada. Él las desentierra y las replanta. Cuatro horas después… todavía nada. Una semana más tarde está consternado porque en su patio trasero no han salido árboles. Piensa que los árboles son una estafa.

Si pensamos en la agricultura como en las finanzas mundiales: Martín y José poseen cada uno una vaca. En vez de ordeñar las vacas y vender productos lácteos, utilizan las vacas del otro como colateral para una nota estructurada vendida a un fondo de pensiones de Islandia, emplean los fondos para comprar swaps de incumplimiento crediticio (CDS) en la granja de su vecino, hacen circular un rumor que causa una fuga de sus activos y provocan que la granja vecina vaya a la quiebra , cobran el pago, canalizan los fondos a través de una empresa fantasma de Luxemburgo, y venden futuros hipotéticos de leche a una viuda en Arizona. Las vacas sólo pastan en el campo y hacen muuu. José y Martín ganan 34.9 millones de dólares al año.

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Si revisáramos nuestra salud física tanto como comprobamos nuestras carteras: Ryan se despierta por la mañana y comprueba su presión arterial. La revisa de nuevo antes del desayuno, durante el desayuno, después del desayuno, y antes de salir al trabajo. Cuando llega al trabajo comprueba su colesterol, de nuevo antes del almuerzo, y dos veces antes de irse a dormir. Durante una de las cuatro veces que se pesa durante el día, advierte que bajó 150 gramos. Llama a su médico para averiguar qué demonios está pasando.

Si los médicos obtuvieran su licencia con la misma facilidad con la que la obtienen los corredores de Bolsa : Jim entona la canción “tengo manita no tengo manita porque la tengo desconchabadita”. Eso lo califica para ser neurocirujano y tu vida está ahora en sus manos.

Si el vino fuera como los bonos hipotecarios de alto riesgo calificados con triple A: Roger toma un Capri Sun, lo deja fuera por unas horas y lo llama Chateau Mouton Rothschild 1945. Los expertos enólogos tardan más de una década en descubrir lo que está pasando. Todavía están discutiendo sobre las notas y el acabado del vino.

Si pensamos en las tarifas de telefonía celular como lo hacemos con las comisiones de los fondos mutuos: Betty tiene un teléfono celular. No tiene idea de lo que cuesta su plan, ya que la tarifa se cobra automáticamente a su banco sin que ella reciba una factura. Ella ni siquiera ve cómo el dinero sale del banco, es silenciosamente drenado cada trimestre. Betty se entera que su teléfono celular le cuesta 1% de sus activos anuales. Hace una rápida suma y descubre que está pagando 20,000 dólares al año por un teléfono celular que sólo funciona a veces. Ella no tenía ni idea, y la compañía de telefonía así lo prefiere.

Si pensamos en las empresas que no cotizan como las empresas que sí cotizan en Bolsa : Sally es propietaria de una panadería. Un año vende 1,052 magdalenas. El próximo año se vende 1,051 magdalenas. Carl Icahn se para delante de su tienda gritando blasfemias y llamándola incompetente.

Si los consejos médicos se dieran de una forma tan universal e indiscriminada como el asesoramiento financiero: Un médico aparece en la televisión hablando de los beneficios de un nuevo medicamento contra el cáncer. No menciona que a menos que tengas cáncer, su consejo es irrelevante para ti. Ignorando esto, la mitad de los espectadores empiezan a utilizar el nuevo medicamento contra el cáncer a pesar de no tener cáncer.

Si pensamos en la vivienda como lo hacemos con las fluctuaciones del mercado de valores: Un programador del sitio inmobiliario Zillow.com está de mal humor y ajusta el algoritmo de la página web para que cada hogar en Estados Unidos parezca que vale 10% menos de lo que valía el día anterior. Es despedido, y un nuevo programador ajusta el algoritmo de nuevo para que las casas recuperen los precios antiguos. La volatilidad conduce a Estados Unidos a una crisis colectiva. El noticiero de la noche invita a varios expertos que dicen que ser propietario de una casa es una estafa, un juego de azar, y un fraude. El 10% de los propietarios venden sus casas al día siguiente.

“No importa si yo amaba a mi casa, podía pagar mi hipoteca y planeaba vivir allí durante 20 años”, dice uno de ellos, “sencillamente parece demasiado arriesgado”. Así que se muda a una tienda de campaña.

Si la gente común tuviera la misma impunidad que Wall Street con sus crímenes: Brad asalta a un chico. Todo el suceso queda grabado en un video. No hay duda de lo que hizo. Cualquier otro hubiera ido a la cárcel. Pero a Brad se le permite llegar a un acuerdo extrajudicial sin admitir o negar su fechoría. Como sanción, los hijos de Brad se ven obligados a pagar una multa 25,000 millones de dólares. Brad recibe una bonificación.

Si explicáramos los fenómenos meteorológicos aleatorios como explicamos las fluctuaciones económicas aleatorias: Hace frío en Minneapolis. Maldito… y aquí dices el ‘partido-por-el-que-no-votaste’.

Morgan Housel es columnista de economía y finanzas de The Motley Fool.

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