Policía alemana revisa la sede de VW tras escándalo

La policía alemana registró este jueves la sede de Volkswagen, pocas horas antes de la comparecencia del presidente de la firma en Estados Unidos para dar explicaciones por el escándalo de los automóviles trucados.
"Hoy se han realizado registros en los locales de Volkswagen en Wolfsburgo y en otras ciudades, en conexión con el así llamado escándalo de las emisiones", indicó la Fiscalía de Brunswig (norte) en un comunicado.
Los operativos se proponían "poner a buen recaudo documentos y datos informáticos" susceptibles de deslindar responsabilidades en la falsificación de los datos de contaminación de los motores diésel, indicó la Fiscalía.
Hace un par de semanas, la automotriz admitió haber realizado una alteración en el sistema de control de emisiones en 11 millones de sus vehículos con motor a diésel en todo el mundo.
El miércoles, el grupo envió a la Oficina Federal de Vehículos a Motor alemana el plan para arreglar los automóviles trucados en ese país, ya que cuentan con un software que esconde la cantidad real de emisiones durante los controles ambientales.
Volkswagen tendrá que arreglar los motores de 2 y de 1.6 litros en sus automóviles; se espera que este año comience el proceso de reparación. De acuerdo con analistas de la financiera UBS, el escándalo podría tener un costo total de 35,000 millones de euros .
Jefe de Volkswagen en EU sabía de las irreguralidades hace 18 meses
Los allanamientos ocurrieron poco antes de la comparecencia ante el Congreso de Estados Unidos del jefe de la firma en América del Norte, Michael Horn, quien en un comunicado emitido el miércoles ya presentó sus "sinceras disculpas" y prometió una amplia cooperación en la investigación sobre los coches trucados.
El escándalo, que estalló el mes pasado en Estados Unidos, puso a Volkswagen en la mira de la justicia de numerosos países.
Horn aseguró además que fue informado de "un posible incumplimiento" en las normas de emisiones, después de la publicación a inicios de 2014 de un estudio de la Universidad de Virginia Occidental que revelaba que los coches diésel de Volkswagen emitían 40 veces más óxido de nitrógeno de lo permitido legalmente en Estados Unidos.
También supo que las autoridades estadounidenses harían pruebas sobre "dispositivos fraudulentos" y aseguró que los equipos técnicos de la firma tenían previsto adecuar los vehículos a las exigencias legales y que ya estaban trabajando con las autoridades en ese proceso.
En Alemania, el nuevo presidente de la automotriz, Matthias Müller, dijo que cuatro empleados han sido suspendidos por el escándalo pero que no creía que los máximos gerentes estuvieran al tanto del fraude.
"No lo creo", afirmó. "¿A usted le parece que un patrón tiene tiempo de ocuparse de la vida interna de los software de los motores?", comentó.
El software fraudulento se creó en 2008 , cuando pareció imposible conciliar los imperativos de costos y las exigencias mediaombientales para proponer un "diésel limpio" en Estados Unidos.
Müller afirmó en la entrevista que la astucia informática se diseñó en la sede de Wolfsburgo y no en Estados Unidos.
Con información de AFP