El país de la energía contaminante
Las restricciones del marco legal mexicano impiden avanzar en la producción de energía renovable. Como consecuencia, más de 70% de la generación eléctrica de México todavía depende de los combustibles fósiles.
La Ley para el Aprovechamiento de Energías Renovables y el Financiamiento de la Transición Energética no resuelve problemas como el subsidio asignado a los consumidores más pobres y el desperdicio de energía, factores que propician pérdidas económicas e impiden la inversión en nuevos proyectos eólicos, fotovoltaicos, etc.
Esta legislación recién aprobada incluye un fondo de 3,000 mdp al año, que será ejercido durante un trienio. Los expertos proponen aprovechar este dinero para apoyar el desarrollo de proyectos privados que generen energía renovable, aunque hay que dejar claro que éstos deberán asegurarse por 20 años para cubrir las necesidades del programa.
La segunda alternativa de financiamiento busca que la autoridad utilice 4.2% (130 mdp al año) de los subsidios que se otorgan al servicio eléctrico por un periodo de 12 años, en un plazo no mayor a 24 meses, y en el mejor de los casos una combinación de ambos esquemas.
Mientras esto ocurre, las energías limpias siguen sin ser del todo representativas. Simplemente, de una capacidad instalada de 50,000 MW de electricidad convencional, el Estado sólo ha otorgado permisos para el autoabastecimiento de 1,200 MW de energía eólica en La Ventosa, Oaxaca, de los que algunas empresas y municipios utilizan 165 MW.
A la fecha, la ley de energías renovables aún no entra en vigor, y, por tanto, el fondo sigue sin operar. Sin embargo, de estos dos factores depende que México comience a detonar un mercado potencial de inversiones con productos y servicios locales, aumente el empleo y reduzca cerca de 25 millones de toneladas anuales de CO2 equivalente (18% del total para ese año).
*Desde 1997 cubre los sectores de infraestructura y transporte en diferentes medios de comunicación.