Si el mercado inmobiliario de Estados Unidos tiene graves problemas en la actualidad, en los próximos meses la situación será peor.
Según The New York Times, la primera ola del fenómeno se dio cuando muchos especuladores inmobiliarios vendieron, al desplomarse el precio de las propiedades.
La segunda vino en el momento en el que modificaron la tasa de interés inicial de las hipotecas secundarias o subprime; y la tercera comenzó a principios de este año en el mercado de las primeras hipotecas.
Hoy, más de cuatro millones de deudores tienen serios problemas para pagar préstamos que suman 717 billones de dólares. Para ayudarlos, en febrero pasado se anunció un programa de apoyo de 75 billones, pero hasta ahora sólo 55,000 deudores modificaron las condiciones de sus préstamos. Lo grave es que desde ese mes otras 313,000 propiedades están en litigio con los bancos.
Ahora, las consecuencias son globales, porque los bancos y las financieras de Europa y Asia que compraron las hipotecas ya enfrentan sus efectos adversos.
Algunos inversionistas advirtieron sobre los riesgos de estas especulaciones, alentadas por las desregulaciones decretadas durante la presidencia de Reagan. La falta de controles, el libertinaje y las ganancias de esta economía de casino fueron tan grandes y tan rápidas que nadie se preocupó, hasta que comenzó a derrumbarse la pirámide.
Las repercusiones para la industria de la construcción en México son evidentes, pues los principales bancos son extranjeros y muchos se involucraron en el mercado de las hipotecas subprime. Así, aquí también terminó la especulación y los precios del mercado inmobiliario se están ajustando, algunos dicen que a la baja y otros aseguran que recuperan su valor real.
*Arquitecto e investigador de temas urbanismo.