Voluntad y compromiso técnico
Hoy se habla de la calidad subjetiva: tenemos que el constructor de casas dice vender "casas de gran calidad" y que el constructor de vialidades dice "construir calles, carreteras y puentes de muy buena calidad". Entonces, ¿por qué no garantizan por varios años sus obras?
La falta de interés por la calidad en la alta dirección, tanto política como empresarial, priva en la mayoría de las empresas de diseño y construcción, por lo que el sector como conjunto está lejos de garantizar su trabajo y la mejora continua.Además, los proyectistas arquitectónicos, de instalaciones, de ingenierías y estructurales tratan sus temas sin la participación de proveedores, otros especialistas, constructores y sobre todo de los usuarios.
Los constructores tienen su propia visión y los oferentes de los servicios de supervisión, responsiva y vigilancia de las obras son considerados como policías indeseables.
Basta ver en la mayoría de nuestras ciudades y carreteras la cantidad de baches y vicios ocultos que motivan contratos interminables para mantenimiento o reparaciones que duran hasta la víspera de la siguiente temporada de lluvias.
En la arquitectura oficial encontraremos deficiencias constructivas derivadas de la falta de integración de los proyectos con los insumos, las técnicas constructivas y la propia ejecución, como en la megabiblioteca José Vasconcelos, que tuvo que cerrar sus puertas al público para ser reparada.
Las organizaciones de la industria deberíamos percibir y transmitir la importancia que tiene la calidad objetiva, como medio que permita contar con un patrimonio en infraestructura e inmuebles duraderos, que no generen mantenimiento insostenible o rehabilitación prematura, y que a la vez cree un clima que comprometa a profesionalizar a profesionistas y a empresas.