Tlatelolco, lleno de recuerdos
La Unidad Habitacional Nonoalco Tlatelolco está en uno de los lugares más multiculturales de la Ciudad de México, pues sus calles se encuentran cargadas de simbolismos del México prehispánico, de la Colonia y de la época moderna.
El desarrollo, ubicado en la delegación Cuauhtémoc, comenzó en 1960 y originalmente estuvo planeado para 15,000 viviendas. De acuerdo con Mario Pani, su creador, en el lugar convergerían las diferentes clases sociales.
En sus inicios, el sitio simbolizó la puesta en marcha de un nuevo proyecto de nación y la regeneración urbana de la zona. Como surgió en un contexto político, la unidad estuvo en boca de la opinión pública desde su inauguración, el 8 de noviembre de 1964, y en sucesos como la firma del Tratado de Tlatelolco, que pugnó por la desnuclearización de América Latina y el Caribe, en 1967, y en la matanza estudiantil, un año más tarde.
Pero el 19 de septiembre de 1985, la ciudad sufrió un sismo devastador: 11 edificios de Tlatelolco registraron percances y tuvieron que ser derrumbados, como en el caso del edificio Nuevo León, que contaba con 288 departamentos y diversos comercios en su planta baja.
Así, el sueño de Pani dio un giro radical, y lejos de proyectar la modernidad se transformó en un sitio desolado. Pero años más tarde, el derrumbe impulsó una transformación, pues los inmuebles caídos dieron paso a la construcción de áreas verdes y para la convivencia.
A más de dos décadas del terremoto, la unidad vuelve a crear polémica, debido a que el llamado ‘Puente de piedra’, que une las secciones I y II del complejo, podría ser demolido para que no estorbe a la ruta del Metrobús. Tras las protestas ciudadanas, la estructura permanece a salvo… por ahora.
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