400 pilotes, en resguardo del manglar
Hacienda Tres Ríos Resort, Spa & Nature Park, localizado entre Cancún y Playa de Carmen, Quintana Roo, estableció una serie de criterios ambientales para guiar el diseño arquitectónico y la ingeniería del hotel con el fin de tener un armónica convivencia con el hábitat de la zona.
La infraestructura hotelera se ubicó en las áreas de menor valor ambiental o en las ya afectadas naturalmente para tener el menor impacto en los ecosistemas de la zona.
En las áreas de dunas, se implementó un programa de rehabilitación y reforestación para regenerarla y recuperar la que ya se había perdido en años anteriores. Y construyeron a una distancia de 20 metros para no afectar los cenotes y cavernas de la zona.
Para asegurar los flujos superficiales de agua en el manglar, todos los edificios se construyeron elevados sobre más de 780 pilotes que se colocaron a profundidades de cinco a 30 metros.
La construcción se realizó sobre una base de roca permeable a 2.8 m del suelo para evitar usar plancha de concreto.
Para los edificios principales utilizaron palafito y se edificaron sobre 400 pilotes profundos.
La planta baja de los edificios se eleva casi tres metros sobre el nivel del mar, lo que asegura que el agua fluya libremente debajo de las construcciones a través de los pilotes y la base de roca permeable. Además, debajo de todos los caminos se colocó una tubería de drenaje cada 50 m, que permite el flujo natural de agua, sus nutrientes y la fauna, entre los ecosistemas.
El canal que se encuentra en medio del hotel aprovecha los flujos naturales de agua de los ríos subterráneos de la propiedad, que traen y llevan agua sin necesidad de usar un sistema hidráulico de alimentación al inmueble.
Para reducir el impacto de los trabajos de construcción se utilizaron elementos prefabricados que se elaboraron fuera de la zona de obra y que se fueron ensamblando con grúas en el sitio. Esto redujo la contaminación por polvo, residuos y el ingreso simultáneo de gran cantidad de mano de obra.
Previo a la construcción del conjunto y a la implementación de diversas ecotecnias, fue necesario someter el diseño del plan maestro a dos años de estudios de impacto ambiental, explica Gabriel Santoyo, director de Desarrollo Sustentable de Hacienda Tres Ríos.
La inversión que destinaron para el proyecto fue de aproximadamente 84 millones de dólares.
Ahorro en verde
El desarrollo está limitado a cuatro niveles de altura y gracias al uso de sistemas intercambiadores de calor sólo necesita 30% de la cantidad de combustible que, comúnmente, se necesita para calentar el agua de un hotel.
El diseño arquitectónico minimiza la entrada directa del sol, utiliza focos de bajo consumo en prácticamente todo el edificio, con lo que ahorra 70% del gasto energético propio de un hotel. Automatizaron los equipos con sensores de movimiento para apagar las luces y el aire acondicionado en las habitaciones e instalaron vidrios dobles para reducir la pérdida de energía.
En energía eléctrica, el ahorro en aire acondicionado es de 38%, debido a que se extrae agua fría de pozos profundos y se aprovecha el calor generado por estos sistemas para calentar el agua de consumo.
Toda el agua potable viene del mar y es tratada con una planta desalinizadora y potabilizadora, lo que evita el uso del agua dulce de los mantos acuíferos y reduce 40% el consumo .
Diego Arroyo, director de Proyectos y Desarrollo de Sunset World, asegura que se ha especificado la utilización de productos 100% biodegradables, además del reciclaje de todos los desechos sólidos
Hacienda Tres Ríos obtuvo por segundo año consecutivo el certificado Green Globe, como reconocimiento a sus prácticas a favor del turismo sustentable y de protección al medio ambiente.
En el desarrollo coexisten 120 especies de plantas y 90 de animales.
Con información de Marcos Betanzos.