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Años de contraste en la vivienda

Deberían privilegiar el desarrollo de más viviendas dentro de lotes unifamiliares, opina Bucio. para el directivo de ONNCCE, esta medida favorecería las viviendas dúplex, tríplex y cuádruplex.
mar 31 mayo 2011 04:26 PM
Franco Bucio es el escritor de la columna Andamiaje para la calidad de la Revista Obras. (Foto: Obras)
Franco Bucio (Foto: Obras)

De acuerdo con los resultados del último Censo de Población y Vivienda, el país cuenta con 28.6 millones de viviendas habitadas: 6.7 millones fueron construidas en los últimos 10 años, con una tasa de crecimiento anual promedio de 2.6% por encima de la tasa de crecimiento poblacional, lo cual induce a pensar que se está abatiendo el rezago habitacional .

La calidad de vida de las familias se ha incrementado: de cada 100 viviendas habitadas, 97 tienen energía eléctrica; 91, agua entubada; 90, drenaje; 93, piso de cemento o similar; 45, un automóvil; 43, línea telefónica; 29, computadora y 21, internet.

En la actual administración federal se han originado más de 3.3 millones de financiamientos para la adquisición de vivienda, de los cuales 60% ha sido para la población de menos de cuatro salarios mínimos.

El éxito de la política pública de vivienda se circunscribe, mayoritariamente, en aspectos cuantitativos y de orden familiar, sin embargo, aún no alcanza al ámbito urbano, por lo que tenemos retos por resolver: se estima que mientras la población se ha duplicado en los últimos 40 años, la extensión urbana se ha sextuplicado, lo que ocasiona degradación del suelo y altos costos a los municipios para dotar de servicios y equipamiento a sus habitantes; a su vez, las familias destinan más tiempo y recursos debido a la lejanía entre los desarrollos habitacionales y los centros urbanos y, por ende, menos oportunidad para la convivencia, la educación y la cultura.

El éxito hipotecario para la adquisición de vivienda debe ser reenfocado para fortalecer una política pública que corrija estas desviaciones, cuyo impacto es negativo para la ciudad, para el ambiente, para las finanzas públicas y para los propios consumidores del crédito hipotecario. Por eso hay que lograr nuevos  desarrollos que admitan a más de 400 habitantes por hectárea, lo que requerirá orientar los esquemas de los organismos institucionales de vivienda y actualizar la legislación relativa a los usos y destinos del suelo.

Ahora los proyectos deberían privilegiar el desarrollo de dos o más viviendas dentro de un solo lote unifamiliar, favoreciendo las viviendas dúplex, tríplex y cuádruplex, o bien, ubicar en un mismo lote edificios con dos o más viviendas por planta en varios niveles, mismas que compartirían las instalaciones hidráulico-sanitarias, el estacionamiento, los patios de iluminación, las circulaciones y las escaleras que las comunican.

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Lo anterior promueve una reingeniería en las empresas desarrolladoras que incluya una mejor selección de proveedores de proyectos de arquitectura e ingenierías, de constructores y supervisores, todos conocedores de los insumos y tecnologías de construcción, tradicionales y novedosos, que se requieren en estas nuevas tipologías de vivienda. Así es posible equilibrar los costos del suelo con la infraestructura, los servicios y el equipamiento urbano, para no desanimar a los inversionistas.

*Director técnico del Organismo Nacional de Normalización y Certificación de la Construcción y la Edificación (ONNCCE).

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