Un problema que hemos observado en los últimos días y años es el de la ocurrencia de desastres naturales con mayor frecuencia.
Los desastres naturales que están afectando diversas partes de México, ya sea en forma de inundaciones como en Tabasco,
, han tomado importancia tanto en la opinión pública como entre la comunidad académica, quienes intentan determinar cuáles son sus y sociales.Esto es altamente relevante dado que hay mayor evidencia de que el cambio climático aumentaría la incidencia de estos eventos sobre la población, y
Un grupo de investigadores que tuve a bien coordinar se avocó a determinar el impacto que tienen los desastres naturales sobre la pobreza e indicadores de desarrollo humano a nivel municipal en México. El estudio se titula "El impacto de los desastres naturales sobre la pobreza y el desarrollo humano en los municipios de México" y este proyecto forma parte del reporte sobre desastres que presentó la ONU a través de la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres (
), titulado "Informe de evaluación global sobre la reducción de riesgos de desastres 2009: Riesgo y pobreza en un clima cambiante"Analizando una serie de datos, y considerando factores tanto geológicos y naturales, así como capacidad institucional y socioeconómica de los municipios y de la población, las principales conclusiones apuntan a un efecto adverso importante derivado de esos shocks.
Por ejemplo, un impacto en general de un desastre natural puede incidir, en promedio, en un retroceso de hasta dos años en indicadores de desarrollo humano, o incrementar hasta 3.6% la pobreza extrema o 1.5% la pobreza de patrimonio.
Impactos diferenciados
Sin embargo, hay diferencias en cuanto al impacto derivado por este tipo de evento.
Los impactos más importantes son aquellos provenientes de inundaciones y de sequías:
- Las sequías aumentan en: 4.2% la pobreza extrema; 2.5% la pobreza patrimonial; 3.7% en pobreza de capacidades; y disminuye en 1.3% el índice de desarrollo humano.
- Las inundaciones aumentan en: 3.5% la pobreza extrema; 2.9% la pobreza de capacidades; y 1.9% la pobreza patrimonial.
Estos resultados sugieren que hay una necesidad de tomar en la agenda políticas públicas acciones específicas encaminadas, por un aparte, a reducir los riesgos que inciden en que estos eventos naturales se conviertan en desastres; y por otra, a ayudar a salir de una crisis a los que resultan afectados.
Para la primera es necesaria la inversión en infraestructura que reduzca los riesgos, así como en desarrollar planes integrales municipales donde los riesgos se compartan, con incentivos desde los gobiernos estatales y el federal.
Para la segunda, no basta con un aseguramiento local, sino debe buscarse un aumento de
, analizar el papel que pudieran representar microcréditos productivos para afectados, así como crear esquemas de trabajo ligados a la misma infraestructura de reducción de riesgos.¿Por qué seguimos viendo la ocurrencia de afectaciones de forma constante?
Sin duda esto nos habla de la falta de efectividad de políticas públicas hacia este problema, y la falta de organización de la misma sociedad en poner presión a los funcionarios públicos. Ante la falta de acciones o la lenta respuesta en materia de acciones gubernamentales, la sociedad debería tomar más relevancia.
*El autor es director del Doctorado en Políticas Públicas de la Escuela de Graduados en Administración Pública del Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México.