La hipertensión se eleva en México
Se reconoce a la Hipertensión Arterial como la elevación crónica de la presión en arterias y venas del sistema circulatorio por arriba de 140/90 mmHg, cuando la medición óptima es de 120/80 mmHg. Respecto a las mediciones, el número superior corresponde a la presión sistólica, que es la presión creada cuando el corazón late. Se considera alta si constantemente está por encima de 140 mmHg. El número inferior corresponde a la presión diastólica, que es la presión dentro de los vasos sanguíneos cuando el corazón está en reposo. Se considera alta si constantemente está arriba de 90 mmHg. La elevación crónica de la presión puede tener dos posibles orígenes. La primera es conocida como Hipertensión Arterial Esencial y la segunda es la Hipertensión Arterial Secundaria.
La Hipertensión Arterial Esencial no tiene un mecanismo preciso que la origine, y representa el 95% de los casos. La Hipertensión Arterial Secundaria se presenta a consecuencia de otras enfermedades como: alteraciones en las arterias renales (renovascular), producción anormal de algunas hormonas que promueven la síntesis de glucosa, la conservación del sodio, secreción de potasio e incrementando la presión sanguínea, entre otras y se registra en el 5% de los casos.
La división es relevante, ya que en el caso de las formas secundarias de hipertensión, existe una buena posibilidad de curarla.
En nuestro país la hipertensión registró datos alarmantes, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud, se muestra que la prevalencia total de Hipertensión Arterial (HTA) en 15 millones de adultos, donde la incidencia fue mayor en hombres (32.6%) que en mujeres (29.0%). La prevalencia varió con la edad, la más alta se encontró en personas entre los 70 y los 79 años (53.6%) y la más baja entre los 20 y 29 años (17.0%).
En esta encuesta se observó que el porcentaje de hipertensos mostró una tendencia creciente conforme avanza la edad. Antes de los 50 años, la hipertensión arterial fue mayor en los hombres, entre los 40 a 49 años que representa un 40.7%. El porcentaje es mayor en mujeres, quienes muestran una prevalencia del 54.6% que recae en el grupo de 50 a 59 años y el 60.3% está en el grupo de 80 años y más años de edad.
La enfermedad fue más frecuente en los estados de Tamaulipas (38.7%), Zacatecas (36.3%) y Coahuila (35.9%). Las prevalencias más bajas se encontraron en los estados de Puebla (24.1%), Oaxaca (23.3%) y Chiapas (23.0%).
Un dato fundamentalmente alarmante en la encuesta, fue el hecho de reportar que poco más del 60% de los pacientes hipertensos desconocían serlo. En este sentido, los pacientes con el diagnóstico ya establecido de HTA recibían medicamento en cerca del 75% de los casos y únicamente el 30% de ellos estaban controlados en el rango ideal de presión.
Entre los factores que contribuyen al desarrollo de la elevación de la presión se han descrito factores ambientales como: estrés , ocupación y factores alimenticios. En este sentido, se ha descrito tanto a nivel mundial como nacional una relación entre la prevalencia, morbilidad (cantidad de personas considerados enfermos o víctimas de una enfermedad) y mortalidad mayor entre menor sea el nivel socioeconómico y educativo.
Un factor determinante sobre todo en la población mexicana son los hábitos alimenticios que, combinados con las características genéticas de nuestra población, se combinan para una muy elevada incidencia de sobrepeso y obesidad. Esta relación es mayor en jóvenes y adultos de mediana edad y mayor en mujeres que en varones.
Los puntos con mayor repercusión son: el índice cintura-cadera abdominal, resistencia a la insulina, mayor ingesta de alcohol, alto consumo de sal, inactividad física, estrés y baja ingesta de potasio y calcio. El 25% de los hipertensos menores de 60 años presentan datos de síndrome metabólico (conjunto de varias enfermedades o factores de riesgo en un mismo individuo que aumentan su probabilidad de padecer una enfermedad cardiovascular).
Los principales síntomas de la Hipertensión son: dolor de cabeza, falta de aire, alteraciones en la visión, alteraciones auditivas, sangrado por la nariz, palpitaciones, fatiga muscular, impotencia y en algunos casos, alteraciones neurológicas. Los principales órganos en donde repercute el descontrol de la presión son: el sistema nervioso central, corazón, ojos y riñones.
Cerca de un billón de personas alrededor del mundo tienen presión arterial alta y más de 500 millones tienen alguna enfermedad renal crónica. Si no se checa la presión arterial alta, puede ocasionar un daño severo y caer en Insuficiencia Renal Crónica (IRC). Menos del 30% de personas con Insuficiencia Renal Crónica (IRC) saben que tienen esa condición.
Cuando la función del riñón declina en Insuficiencia Renal Crónica (IRC), por Hipertensión Arterial, los riñones pueden ser incapaces de realizar sus funciones; ésta es ocasionada por una enfermedad cardiovascular, como lo es la hipertensión arterial y caer en cuadro de anemia. La prevalencia de Insuficiencia Renal Crónica (IRC) ha incrementado de 1 por cada 10 adultos, a 7 por cada 81 adultos, revela un estudio. Expertos creen que esto puede ser ocasionado por la obesidad, diabetes y sin lugar a dudas la hipertensión, factores de riesgo para desarrollar Insuficiencia Renal Crónica (IRC).
Es necesario estimular todas las acciones dirigidas al control de la Insuficiencia Renal Crónica con el fin de disminuir este factor de riesgo cardiovascular, ya que cada año 12 millones de personas mueren prematuramente por enfermedades cardiovasculares, ligadas a Insuficiencia Renal Crónica (IRC) como son: ataques cardiacos o infartos.
La IRC afecta a 1 de cada 7/8 personas y la prevalencia se incrementa cada dos años. Puede ser detectada a tiempo con exámenes sencillos de orina y sangre, es importante señalarlo ya que las personas con hipertensión con estadíos prematuros de Insuficiencia Renal Crónica (IRC) no son diagnosticados a tiempo, lo que puede llegar a que los pacientes tengan que someterse a una diálisis, hemodiálisis, trasplante de órgano o incluso la muerte. Se puede detener la progresión de la Insuficiencia Renal crónica (IRC) y con esto reducir significativamente las enfermedades cardiovasculares.
Cada caso es peculiar, no obstante, el tratamiento de la Hipertensión Arterial (HTA) va dirigido a reducir las complicaciones en los órganos blancos y a reducir el riesgo de complicaciones cardiovasculares. En general se divide en una fase inicial de modificaciones al estilo de vida que incluyen la reducción en el consumo de sal, de estrés, del tabaquismo , en el consumo de alcohol y de peso, así como aumento en la actividad física.
En una segunda etapa se agregan medicamentos dirigidos a reducir las cifras tensionales, el número promedio de medicamentos para lograr un control adecuado se ha reportado en 2.8. Lo anterior obliga a conocer de una mejor manera al paciente para darle el tratamiento adecuado, esto se obtiene si se monitorea diariamente la presión arterial y saber el comportamiento de ésta individualmente.
Sin embrago, el costo estimado de atención de la hipertensión arterial y sus complicaciones ha sido estimado en 17 mil millones de pesos anuales, correspondientes a cerca del 14% del gasto nacional en salud y a el 0.71% del P.I.B.
En cuanto al tratamiento sólo de Insuficiencia Renal Crónica (IRC) y de acuerdo con datos de la Fundación Mexicana del Riñón, los costos por mes para un paciente que dependen del tipo de tratamiento de sustitución renal, como son: diálisis peritoneal, hemodiálisis o medicamentos inmunosupresores.
El costo de la diálisis peritoneal es de $19,200.00, hemodiálisis $ 23,100.00, medicamentos inmunosupresores $ 15,660.00
Estos costos sumados al desconocimiento de los factores de riesgo, como la presión alta y los derechos a la atención del padecimiento, hacen de la Hipertensión y el desarrollo de la Insuficiencia Renal Crónica, un cuadro alarmante de salud pública mundial, pero indudablemente nacional.
*El autor es Presidente del Instituto Mexicano de Investigaciones Nefrológicas .