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Te duermes en el trabajo... ve al médico

Las enfermedades relacionadas al sueño afectan a más del 30% de los mexicanos, dice Jorge Almanza; existen clínicas especializadas y tratamientos como uso de fármacos o sólo paracorregir los hábitos.
sáb 03 julio 2010 10:18 AM
El déficit de sueño afecta negativamente la productividad laboral y está asociado con enfermedades. (Foto: Jupiter)
Dormir en el trabajo OK (Foto: Jupiter)

Los trastornos del sueño han ocupado un lugar preponderante en la práctica médica durante siglos, no fue sino hasta el decenio de 1970 que se crearon centros de estudios para el sueño, aumentándose la necesidad de un procedimiento sistemático para el diagnóstico, proporcionándolo la International Classification of Sleep Disorders. La hipersomnia o somnolencia diurna excesiva (EDS, por sus siglas en inglés) son una práctica recurrente en la medicina neurológica, ambas implican un sueño excesivo durante el día, aunque la segunda se ha utilizado como un término en los sujetos sometidos a evaluación objetiva de sueño excesivo. En términos prácticos se puede definir como la sensación subjetiva de sueño a una hora inapropiada, en ocasiones no viene referida como tal sino lo que aqueja al paciente es un cansancio o fatiga extremos, esta ocurre con mayor probabilidad en situaciones monótonas que no requieren una participación activa. Muchas veces conllevan un aumento en el tiempo total de sueño diario, pero sin que ello suponga un sueño reparador.

Diversas enfermedades neurológicas como demencias, trastornos neuromusculares y neuropatías, además de otras de tipo sistémico dificultan el conciliar el sueño teniendo como consecuencias una SED , asociándose a problemas de concentración, de memoria y del humor con repercusión en las actividades de la vida diaria.

Diferentes indicadores globales arrojan que entre el 4% y 6% de la población en el mundo sufren SED, teniendo en México una prevalencia de 31.5%. Por otro lado, los accidentes representan la cuarta causa de mortalidad general y la segunda de morbilidad hospitalaria, principalmente en sujetos entre 15 y 29 años que ocupa la primera causa de muerte.

Existe una necesidad urgente de conocer los factores previsibles que se asocian ha esta alta incidencia de accidentes y es bien conocido que la SED es un importante factor de riesgo independiente.

El abordaje comienza con la queja subjetiva del paciente y a partir de entonces es responsabilidad del médico la detección temprana mediante una anamnesis detallada (cuestionarios, como la escala de somnolencia de Epworth y bitácoras sobre los hábitos del sueño del paciente, cambios de horario laboral, condiciones médicas y físicas, horarios, consumos de drogas o medicamentos y ronquidos con apoyo del compañero de cama).

Identificación de trastornos subyacentes como enfermedad de Alzheimer, obesidad, depresión, diabetes mellitus, SAHOS o narcolepsia entre otros.

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Objetivamente se evalúa con la aplicación de pruebas sistematizadas especiales con fines diagnósticos como la polisomnografía o registro poligráfico del sueño nocturno, que puede ser precedida por la prueba de latencias múltiples del sueño (TLSM), donde se mide el tiempo de entrada en sueño y el numero de apariciones de etapas REM en tres a cinco intentos de siestas diurnas consecutivas en un promedio de 30 minutos cada una, separadas por dos horas en un solo día y el test de mantenimiento de vigilia (medición de la latencia de sueño y entrada en REM o no en cinco intentos consecutivos separados por dos horas, a lo largo de un día de mantener la vigilia en condiciones favorecedoras del sueño como la cama, el silencio y la oscuridad).

Una vez teniendo el diagnóstico se procede al tratamiento específico de la causa subyacente y de la manifestación de la SED, por ejemplo si el paciente padece de SAHOS el empleo de presión positiva continua en las vías aéreas (CPAP Continuous Positive Airway Pressure) es hasta el momento el mejor tratamiento.

El tratamiento per se para la SED consiste en el empleo de fármacos estimulantes, es bien conocido el efecto de la cafeína y de las anfetaminas sobre el estado de vigilia pero con efectos colaterales en demasía como taquicardia, ansiedad e hiperactividad.

 También se ha empleado el metilfenidato (potente inhibidor de recaptación de dopamina y noradrenalina) resultando en una mejor concentración, coordinación motora y control de los impulsos, siendo uno de los fármacos de elección para el trastorno de déficit de atención con hiperactividad en niños; y recientemente el empleo del modafinil, promoviendo la vigilia sin intensificar la actividad motora, con un bajo potencial de abuso, tolerancia y sin riesgo de adicción, además por sus bajos efectos secundarios se ha convertido en el fármaco de primera línea para la SED.

El origen de la SED como la inadecuada higiene del sueño, las apneas obstructivas del sueño, el trastorno por movimiento de extremidades, la fragmentación del sueño por insomnio son entre otros algunos de los mas frecuentes.

El tratamiento dependerá del origen de la misma y su disminución delimita el riesgo de sufrir accidentes vehiculares o por el empleo de maquinaria peligrosa. Los cambios en los hábitos del sueño (higiene) son la primera medida para disminuir el riesgo y es competencia del médico identificar oportunamente, diagnosticar con las herramientas de medición objetivas y tratar oportunamente los padecimientos concomitantes y por sí misma a la SED.

*El autor es médico egresado de la Universidad Veracruzana campus Xalapa, con una especialidad en neurología y neurofisiología clínica por el Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional, Siglo XXI "Dr. Bernardo Sepúlveda G" en la Ciudad de México.

Adicionalmente cuenta con experiencia en el área de investigación con la realización de varios estudios dentro del Centro de Especialidades del Centro Médico del Estado de Veracruz (C.E.M.E.V.) y del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

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