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Desigualdad produce estancamiento social

La diferencia de oportunidades limita la oportunidad de crecer económicamente, dice Roberto Vélez; el experto opina que son necesarias políticas para igualar las condiciones de cada individuo.
jue 16 septiembre 2010 06:03 AM
La desigualdad en ámbitos como ingreso, educación y salud suele persistir por generaciones, indica el experto del CEEY. (Foto: Photos to go)
pobreza.jpg (Foto: Photos to go)

El pasado 23 de julio, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentó el Informe regional sobre desarrollo humano para América Latina y el Caribe 2010 . El documento analiza la transmisión intergeneracional de la desigualdad con el enfoque sobre capacidades del profesor Amartya Sen. Bajo este esquema, la igualdad se mide en términos de la libertad efectiva (realizable) con la que cuentan las personas para elegir. Un tipo de igualdad, sea dicho de paso, que no implica necesariamente igualdad de resultados.

El informe muestra que las desigualdades en las dimensiones del desarrollo humano -ingreso, educación y salud , principalmente- en la región son persistentes entre generaciones y se dan "en un contexto caracterizado por una baja movilidad de los indicadores sociales" (p.51). La movilidad social intergeneracional se refiere a la relación existente entre las condiciones del hogar de origen y el status socioeconómico logrado por un individuo. Y en este sentido, la baja movilidad indica que el logro alcanzado por el individuo estará altamente determinado por las condiciones socioeconómicas de su hogar de origen (si nace en un hogar en la parte baja de la distribución de ingreso, por ejemplo, es más probable que durante su vida adulta alcance la misma posición).

En principio, se podría pensar que la desigualdad (la distribución de los resultados) per se no es negativa para una sociedad, sino un simple reflejo de la distribución del talento y esfuerzo de las personas. Sin embargo, si la persistencia intergeneracional de la misma se observa en un contexto de baja movilidad social, (es decir, entre generaciones no hay intercambio de posiciones en la escala socioeconómica) es inobjetable la necesidad de diseñar políticas públicas que la eliminen .

En lo que se refiere a México, la movilidad relativa intergeneracional es baja. Así lo demuestra una serie de estudios compilados en un libro del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) Movilidad social en México: población, desarrollo y crecimiento, Serrano y Torche (Editores), 2010. Si bien es cierto que el país ha experimentado mejoras absolutas de largo plazo en el "nivel" socioeconómico de la población, también resulta que la sociedad mexicana es altamente estratificada y las posibilidades de ascender en la distribución socioeconómica son limitadas. En particular, las personas con origen rural enfrentan barreras a la movilidad, como lo son el propio aislamiento de sus comunidades de origen, la deserción escolar y el trabajo infantil. 

Como se plantea en el libro, una de las principales oportunidades para romper con estas barreras es asegurar que los mexicanos de los estratos socioeconómicos más bajos logren alcanzar y completar estudios de educación técnica y superior. Así, esta población se podrá beneficiar de los mayores retornos con los que el mercado de trabajo premia a la especialización y tendrá la posibilidad de ascender en la escala socioeconómica nacional.

Tanto el informe regional publicado por el PNUD como el libro editado por el CEEY muestran la necesidad de ahondar en el estudio de las causas de la persistencia intergeneracional de la desigualdad y de la baja movilidad social. El diagnóstico técnico y político de estos problemas permitirá diseñar políticas públicas que rompan con el círculo vicioso en el que nos encontramos atrapados. Es necesario que, al igual que el combate a la pobreza, tanto la desigualdad como la movilidad social se incluyan como ejes de las políticas redistributivas en México y toda América Latina y el Caribe. Su inclusión, será de gran ayuda en la consolidación de una acertada política social.

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* El autor es director del Programa de Movilidad Social del Centro de Estudios Espinosa Yglesias.

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