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Otra forma de ayudar a Japón

Gabriela Arriaga define como ‘altruitenimiento’ a la experiencia de recompensar al que ayuda; los medios y la participación deben ser más creativos para hacer más grande la sonrisa del donante.
mar 22 marzo 2011 06:00 AM
Zynga, desarrollador de juegos en Facebook, ha programado variaciones para que el usuario ayude a Japón. (Foto: Cortesía de CNNMoney)
Zynga (Foto: Cortesía de CNNMoney)

Leer las noticias en estos días despierta asombro, conmoción y para muchos, urgencia por ayudar a quienes lo necesitan. Apenas unas horas después del terremoto y tsunami en Japón, instituciones de ayuda como la Cruz Roja empezaban ya a organizar recaudación de fondos y los medios para que las personas pudieran hacer donaciones . A medida que las horas pasan y las consecuencias se encrudecen, empiezan a proliferar las opciones para ayudar y ser solidarios. Dentro de todas éstas, destacan aquéllas en las que el donante recibe algo a cambio, desde un producto, un servicio o sencillamente un buen rato.

El altruismo ha evolucionado; de ser una acción de una vía donde las personas y compañías enviaban recursos, a toda una experiencia que recompensa también a quien ayuda. A eso le llamo ALTRUITENIMIENTO.

Las compañías de tecnología son quizá las que de una manera más inmediata toman medida. Por ejemplo Zynga, el más grande desarrollador de juegos para Facebook, ha programado variaciones a sus aplicaciones para que el usuario pueda ayudar a Japón mientras se divierte subiendo de nivel. Lo ha hecho así con varios de sus juegos:

  • En CityVille se puede comprar una edición limitada de sembradíos de papas para alimentar a la población y establecimientos locales.
  • Si se prefiere jugar YoVille, dentro de la aplicación se pueden comprar casas y muebles inspirados en la arquitectura y diseño japonés.
  • En Zynga Poker los jugadores donan automáticamente al accesar a la mesa de juego VIP.

También existen formas de ser solidario, aunque sea simbólicamente, manteniendo el espíritu lúdico. La organización dosomething.com ('Haz algo') que incita a los jóvenes a tomar acciones ante distintos problemas sociales, está convocando a hacer una grulla de origami, tomarle una foto y subirla a Facebook para colocarla en su foto de perfil. De acuerdo con una leyenda japonesa, si una persona pide un deseo y se da a la tarea de armar 1000 grullas, su deseo será concedido. La organización, que ya tiene una página en Facebook, busca reunir 100,000 fotos para representar 100 deseos de alivio a todos los afectados por el desastre.

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Las subastas son métodos recurrentes en obras de caridad. Pero ahora los artículos que se ofertan son mucho más creativos. Así lo demuestra Authors for Japan (Autores por Japón). En un blog con el mismo nombre se han reunido escritores que subastan libros, firmas y hasta sus servicios a cualquiera que esté interesado en la literatura. El escritor Tommy Donbavand ofrece el nombre de uno de los personajes de su próxima novela. Si se tiene la intención de escribir un libro, Nicola Morgan ofrece la revisión y crítica del primer capítulo. Mejor aún, si alguien apenas tiene una idea de lo que quiere escribir pero necesita orientación, Alison Bond ofrece una cita para tomar café mientras da asesoría. Evidentemente, las pujas no dejan de llegar y se recauda una suma considerable para enviar a Japón.

De las celebridades también se puede aprender a ser generoso mientras se entrega algo al donante. Lady Gaga ha diseñado una pulsera 'We Pray for Japan', la cuál está disponible por 5 dólares. En sólo dos días ha logrado recaudar 156,000 dólares.

La lección está clara: los medios y la forma de aumentar la participación deben ser mucho más creativas buscando hacer más grande la sonrisa del donante. Además, desde un punto de vista de negocios, no es necesario hacer grandes inversiones. Con los mismos recursos y servicios que ya usa el cliente se puede crear una experiencia distinta. Por ejemplo, un gimnasio podría hacer una sesión especial de clases de artes marciales por un costo extra y enviar a Japón los ingresos. A una escuela de cocina, le resultaría muy sencillo impartir clases de comida japonesa gratuitas en donde el requisito es que los utensilios los debe llevar el alumno y donarlos para que después sean enviados a zonas donde se requieren en Japón.

Cada negocio tiene algo que ofrecer, una experiencia que regalar donde todos salgan ganando.

*La autora es mercadóloga y maestra en Administración con 10 años de experiencia en agencias de publicidad multinacionales en México y España. Es parte del comité directivo de la Account Planning Group México. Actualmente es fundadora y Directora General de la compañía de inspiración e innovación L1452.

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