La 'extraña' coincidencia de ceremonias reales y religiosas en el mundo
¿Ya te enteraste del evento histórico de este fin de semana que atraerá a cientos de miles a una de las capitales de Europa durante un largo día de esplendor?
No, no es la boda real de este viernes en Londres, sino la beatificación del Papa Juan Pablo II el domingo en Roma.
Es difícil negar que la cobertura mediática internacional de los preparativos de las nupcias de William y Catalina han opacado los de la beatificación del domingo, en el último paso antes de la santidad. Un vocero de la BBC dijo que no sabía a cuántos integrantes de su personal estarían disponibles para la beatificación, pero que 550 estaban asignados para cubrir la boda: "Es probable que sea el evento más visto del siglo hasta este momento".
No es la primera vez que un evento real ha eclipsado a uno de la Iglesia Católica Romana. De hecho, éste es el último de una serie de extrañas coincidencias de grandes eventos de ambos lados, cuya relación ha sido famosa por su frialdad a través de los siglos.
La última vez, fue la iglesia la que triunfó sobre la realeza. El Papa Juan Pablo II murió días antes de la última boda real, la del príncipe Carlos con Camila Parker Bowles en abril de 2005.
En ese entonces, el Primer Ministro Tony Blair y el Arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, estaban confirmados para asistir a la boda, pero también estaban confirmados para el funeral del papa.
"Hubo una crisis entre el Vaticano y la familia real británica", dijo Mark Saunders, un biógrafo de la realeza y colaborador de CNN para la cobertura de la boda real. "Y se señaló que sería más fácil posponer la boda real que el funeral del papa".
"Te puedes esperar que las relaciones entre ambas partes será tensa aún en los mejores tiempos", afirmó.
Las relaciones entre la monarquía y la Iglesia Católica Romana han sido tensas desde que el rey Enrique VIII rompió con Roma en el siglo XVI y creó la Iglesia Anglicana.
A menos de una semana de la boda de Carlos y Camila, su ceremonia se pospuso un día, de viernes a domingo, para hacerle espacio al funeral del papa.
Ocho años antes, la familia real y la iglesia también fueron rivales por la atención internacional, esta vez, por tragedias: la princesa Diana y la Madre Teresa murieron con una semana de diferencia en 1997.
"Muchos lamentaron que la Madre Teresa, galardonada con el Premio Nobel de la Paz y 'santa viviente', si es que alguna vez hubo alguna, fuera opacada por la muerte y funeral de Diana", dijo David Gibson, un periodista católico y experto en el Vaticano.
La tragedia de la muerte de Diana, de 36 años, en un accidente automovilístico llamó más la atención de los medios que el fallecimiento de la Madre Teresa a sus 87 años.
"Pero también hubo conexiones entre estas dos mujeres", comentó Gibson. En 1992, Diana se reunió con la Madre Teresa en Calculta, uno de los momentos más importantes del viaje de la princesa a la India, y se volvieron a encontrar en Nueva York apenas unos meses antes de que ambas fallecieran.
En el décimo aniversario de su muerte, en 2007, las imágenes de las dos juntas se publicaron en un sello de correos británico, lo que resultó extraño en un país donde la monarca dirige una iglesia de la competencia.
Siglos después de que Enrique VIII rompiera con el Vaticano, una ley que impide a un católico o a alguien casado con un católico llegar al trono está aún vigente en los registros de Inglaterra. Este mes, el Primer Ministro, David Cameron denunció esa ley.
Si las tensiones reales y católicas continúan este fin de semana –con algunos católicos que sin duda se sentirán ofendidos por el hecho de que la beatificación pase a segundo plano detrás de la boda real–, Gibson dice que no cree que a Juan Pablo II le hubiera importado.
"Ciertamente le hubiera encantado la atención que recibiera la boda real por ser un evento que resalta la importancia de la familia", concluyó Gibson.